En el número 62 de la calle Morelos, esquina con Bucareli, se encuentra uno de los cafés con mayor tradición en la ciudad de México: el Café La Habana.
Muchas son las historias de los intelectuales, literatos, revolucionarios y personajes históricos que encontraron en el Café La Habana un espacio propicio para la charla y discusión; incluso, a la entrada del establecimiento se puede observar una placa de fondo negro y letras doradas que enumera los nombres de algunos de los personajes afamados que encontraron refugio en este establecimiento.
El nombre de Octavio Paz es el primero de la lista, lugar inequívoco que deja en claro la primacía del poeta en la cultura mexicana, misma que le valió el encono de un grupo de jóvenes que, encabezados por Roberto Bolaño y Mario Santiago Papasquiaro, formaron el movimiento poético de los infrarrealistas, bajo la consigna de luchar contra la cultura oficial mexicana; paradójicamente, los infrarrealistas hicieron del Café La Habana su punto de reunión durante la década de los 70.
En la lista de hombres renombrados sigue el de Fidel Castro y Ernesto Che Guevara, de quienes se cuenta que en este café planearon la Revolución Cubana. Otros de los nombres son los del escritor Gabriel García Márquez y el del actor cómico Jesús Martínez “Palillo”, reconocido pos sus sátiras políticas que en varias ocasiones derivaron en detenciones.
Desde su fundación en 1952, el Café La Habana ha sido testigo de la vida bohemia e intelectual de México, misma que hoy en día continúa creándose y recreándose entre sus paredes en tonos sepias, que cuentan historia al oído de aquellos que gustan de saborear uno de los mejores cafés de la ciudad.
Como un acto nostálgico quizás, el lugar no ha cambiado mucho desde que abrió en 1954. Los pardos tonos de la decoración hacen creer que uno se encuentra dentro de esas fotografías viejas y, en un momento que podría parecer escrito por Woody Allen, ver a todos los personajes que en su época frecuentaron el café. Roberto Bolaño en la mesa de enfrente, cubriéndose con el menú al ver que acaba de entrar Octavio Paz; intentar escuchar la conversación de la barra, donde Fidel Castro y el “Che” Guevara discuten el que parece ser el mayor de los secretos; o buscar los rastros de la familia Buendía y qué guarda este lugar que pudo haber inspirado a García Márquez.
Si te interesa planear una revolución, escribir la próxima gran novela latinoamericana o hacer el no menos loable descanso oficinista, mi recomendación es el café habana en taza, un espresso acompañado de una espumosa taza de leche condensada, o un cappuccino deconstruido, como le dirían hoy.
Para el amante del espresso está el café bombón, un espresso doble cortado, ligeramente espolvoreado con café molido. Es una bebida de sabor muy intenso que puede ser subestimada por un nombre tan dulzón. El grano es veracruzano, tostado y molido ahí mismo y está disponible por kilo para llevar.
En la sección de alimentos hay un menú ejecutivo o platos fuertes como pastas, tortas, o el queso fundido que recomiendo ampliamente. Los precios son proporcionales a la cantidad de historias y secretos que custodia el lugar pero, definitivamente, cada sorbo de su café vale la pena.
Café La Habana
Dónde: Av. Morelos 62, Juárez, Cuauhtémoc, 06600 Ciudad de México, CDMX
Teléfono: 55 5535 2620
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