Foto destacada: Orgullo Nuevo León
La historia de cómo terminó siendo momia el primer historiador de la guerra de Independencia, Servando Teresa de Mier.
. . .
Su nombre completo fue José Servando Teresa de Mier y Noriega y Guerra,, pero es mejor conocido solo como Fray Fernando Teresa de Mier. Este regiomontano nacido el 18 de octubre de 1763 fue un fraile dominicano, sacerdote y escritor que luchó en la Independencia de México, pero pocos conocen la historia de cómo fue que terminó siendo momia.
Un poco de historia de Fray Fernando Teresa
A los 16 años se ingresó en el convento de los dominicos y en el Colegio de Porta Celi, obtiene el grado de doctor en Teología en 1792 convirtiéndolo en fraile a la edad de 27 años lo que le permite enseñar filosofía en el convento. Logró ser bastante reconocido y gozar de renombre como predicador, de hecho, el 8 de noviembre de 1794 pronunció una oración fúnebre por Hernán Cortés.
No obstante, el 12 de diciembre del mismo año dio un sermón sobre la Virgen de Guadalupe donde rechazó sus apariciones y con ello escandalizó a los devotos. Así que fue desterrado de la Nueva España, enviado a Europa, condenado al ostracismo, encarcelado, le retiraron el título de doctor y no pudo ejercer como religioso ni como confesor.
A lo largo de 22 años la pasó prisionero en conventos dominicanos, luego pasó años en varios procesos eclesiásticos para poder regresar a su vocación, entre encierros, escapes y papeleos.
Pero para 1809 ya había participado en numerosas acciones de guerra, la más célebre junto a Javier Mina a quien convenció de luchar contra el rey de España. De hecho cuando regresó a la Nueva España, lo toman prisionero y fue recluido en la prisión de San Carlos y luego en la cárcel de la Inquisición.
Una vez consumada la Independencia, regresó a México donde también fue detenido y enviado a San Juan de Ulúa, pero gracias a las gestiones del Congreso fue liberado y elegido diputado por Nuevo León. Fray Servando se hizo enemigo de Iturbide, y éste lo mandó encarcelar en el Convento de Santo Domingo, en la Ciudad de México -del cual también se fugó- y en diciembre de 1823 pronunció un discurso en el cual recomendaba que México fuera gobernado como república centralista. Firmó la constitución de 1824 y el presidente Guadalupe Victoria lo llevó a vivir a su lado.
Destacan varias de sus obras y sus últimos años los pasó en el Palacio Presidencial rodeado de políticos que le demostraban respeto constantemente por su incansable lucha armada y cívica. Fallece el 3 de diciembre de 1827 y fue enterrado con grandes honores en el convento de Santo Domingo ubicado en la Ciudad de México.
Fray Servando momia
Pero en 1842 su cuerpo fue exhumado y colocado en un osario junto con otros 12 difuntos y los liberales que saquearon las tumbas en busca de tesoros decidieron exhibir cuerpos momificados como muestra de los excesos de la inquisición.
En 1861 fueron descubiertos los restos de trece frailes y empezó a correr el rumor de que habían sido torturados y emparedados por la Inquisición. Pero en realidad, que no fue así, sino que eran santos varones dominicos cuyos restos habían sido exhumados y colocados en una bóveda, donde se habían momificado de forma natural. Una de estas momias era precisamente la de fray Servando Teresa de Mier.
Se dice que algunas momias fueron vendidas (¿regaladas?) cuatro de momias a Bernabé de la Raya, al parecer un argentino, que deseaba exhibirlas con fines científicos en Buenos Aires, entre las momias, estaba justo la del fraile Servando Teresa de Mier.
La última vez que se tuvo noticias de las momias estaban en un circo trashumante de Bélgica desde el siglo XIX, donde, por última vez, apareció, con la lengua intacta, la momia del padre Mier. Aunque existe otra teoría de que los restos pueden estar exhibidos junto a otras momias en la ciudad de Puebla.
