Aunque Eiffel no fue su apellido real sino hasta los 48 años (por practicidad de la pronunciación), Alexander Gustave “Eiffel”, antes Bönickhausen, fue un majestuoso icono de la Ingeniería Civil en Francia, su país natal. Data a 1858, cuando realizó su primera obra en Burdeos, sobre el río Garona.
El emblemático puente que ilumina las aguas de este torrente marcó la historia de una serie de diseños monumentales que han definido la personalidad de muchos lugares del mundo. Además de la famosa torre parisina que lleva su nombre, Gustave construyó admirables obras que van desde el puente sobre el río Duero (Portugal, 1877), la estación de Budapest Oeste (1877), el viaducto de Garabit en Cantal (Francia, 1885), la estatua de la Libertad de Bartholdi (EEUU, 1884) y el puente Imbaba sobre el río Nilo, (Egipto, 1892) por mencionar algunas. Su fuerte siempre fueron los puentes, los viaductos, las catedrales y las pequeñas iglesias, algunas de las cuales tenemos la fortuna de encontrar en nuestro país.
El Puente del Arte, mejor conocido como el Puente de Fierro, es un museo que se encuentra en el municipio de Ecatepec, Estado de México. Construido en la época Porfiriana, en sus inicios fungió como un verdadero puente, sin embargo con la construcción de uno aledaño más moderno paso a ser una casa de cultura en el que se imparten talleres, conferencias y se promueven principalmente las artes plásticas.
La Iglesia de Santa Bárbara en Santa Rosalía, Baja California Sur es una de las obras más conocidas del ingeniero francés. Una construcción de hierro galvanizado que surgió de una de las exposiciones de Eiffel en París. Más tarde fue trasladada y almacenada en Bruselas, donde esperaría hasta 1895 cuando fue comprada por el general Charles La Forqué, entonces dueño de la compañía minera Boleo, instalada en la región.
El Palacio de Hierro, en Orizaba, Veracruz, fue construido en un principio en Bélgica y posteriormente ensamblado en nuestro país. Al igual que todas sus obras en México, fue construida durante la presidencia del general Porfirio Díaz, a través de Le Societe Anonyme des Forges D´Aiseau. Para esta época, Eiffel ya había construido su famosa torre, que formó parte de un concurso de diseños para conmemorar la revolución francesa.
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