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El telegrama Zimmermann tenía como propósito una alianza entre México y Alemania contra EU.
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El telegrama Zimmermann muestra que política exterior mexicana se ha caracterizado por sus posicionamientos antibélicos, por una parte y también muestra la importancia geopolítica de México, que ha sido atractiva para los enemigos de Estados Unidos. Esto se confirma con el intento alemán, en la Primera Guerra Mundial, de aliarse con la nación mexicana.
En 1917 Alemania envió el telegrama Zimmermann, dirigido al embajador alemán en México, para convencer al gobierno de formar una alianza. En caso de que Estados Unidos interviniera en la guerra, México invadiría Estados Unidos con el apoyo militar y estratégico de Alemania, la moneda de cambio sería que los mexicanos recuperarían su territorio antes perdido (California, Nuevo México, Texas y Arizona), más de la mitad de su geografía.
Entre 1914 y la primavera de 1917, las naciones europeas se veían entrelazadas en la Primera Guerra Mundial. Mientras tropas marchaban por Europa, los Estados Unidos se mantenía neutral. En 1916, Woodrow Wilson fue reelegido presidente para un segundo término gracias a la consigna: “él nos ha mantenido fuera de la guerra.”
Pero los eventos que sucedieron al principio de 1917 lo cambiaron todo. Alemania rompió su promesa de limitar el uso de combate submarino el 1 de febrero de 1917. La repuesta por el quebrantamiento de la promesa Sussex, los Estados Unidos cortó sus relaciones diplomáticas con Alemania.
Varias semanas después, el 24 de febrero, los británicos presentaron el telegrama Zimmermann al gobierno de los Estados Unidos en un intento para capitalizar el sentimiento contra Alemania. La prensa americana publicó noticias sobre el telegrama el primero de marzo. El 6 de abril de 1917, el Congreso de los Estados Unidos formalmente le declaró la guerra a Alemania y a sus aliados.
El telegrama Zimmermann ha tenido un gran impacto en la opinión americana y de acuerdo con David Kahn, autor de The Codebreakers, “Ningún otro criptoanálisis ha tenido tan enormes consecuencias.” En su opinión, “nunca o desde entonces ha ocurrido mucho en la solución de un mensaje secreto.”
¿Qué decía el telegrama?
Nos proponemos comenzar el primero de febrero la guerra submarina, sin restricción. No obstante, nos esforzaremos para mantener la neutralidad de los Estados Unidos de América.
En caso de no tener éxito, proponemos a México una alianza sobre las siguientes bases: hacer juntos la guerra, declarar juntos la paz; aportaremos abundante ayuda financiera; y el entendimiento por nuestra parte de que México ha de reconquistar el territorio perdido en Nuevo México, Texas y Arizona. Los detalles del acuerdo quedan a su discreción [de Von Eckardt].
Queda usted encargado de informar al presidente [de México] de todo lo antedicho, de la forma más secreta posible, tan pronto como el estallido de la guerra con los Estados Unidos de América sea un hecho seguro. Debe además sugerirle que tome la iniciativa de invitar a Japón a adherirse de forma inmediata a este plan, ofreciéndose al mismo tiempo como mediador entre Japón y nosotros.
Haga notar al Presidente que el uso despiadado de nuestros submarinos ya hace previsible que Inglaterra se vea obligada a pedir la paz en los próximos meses.
La nota fue interceptada por la inteligencia británica antes de que llegara a México, por lo que nunca se concretó una posible alianza. Pero resulta curioso que a pesar de la posición estratégica de México, las presiones internacionales para aliarse con los enemigos de Estados Unidos no hayan sido más rotundas.
El famoso telegrama Zimmermann ha quedado sólo como una anécdota sobre el papel que pudo haber tenido México en los grandes conflictos mundiales del siglo pasado.
Y como ya no existe el edificio donde funcionaba la sucursal de la empresa telegráfica estadounidense, la Western Union, en el centro histórico de la Ciudad de México; y como tampoco está en pie la casa que albergaba al destinatario del mensaje, la embajada alemana, no es posible tener acceso al documento en papel.
La ansiedad estadounidense acerca de una supuesta infiltración alemana ayudó a que se levantaran las primeras alambradas en este rincón de la frontera. La creciente tensión que continúa a la fecha con barreras metálicas, sensores electrónicos y puestos policiales que caracterizan a la frontera.