Brutalismo en la Ciudad de México, 10 formidables edificios

El Brutalismo arquitectónico es uno de los sellos distintivos de nuestra Ciudad.

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La arquitectura brutalista no puede pasar desapercibida

, ya que es difícil esconder gigantes de concreto u otros materiales que dan la impresión de estar detenidas en la idea de un futuro distópico imaginado en el pasado. Cada uno de los elementos que los conforman están hechos con materia en su forma más pura, no es casualidad que la palabra brutalismo venga del término en francés béton brut que literalmente significa “concreto crudo”. El brutalismo es, en efecto, una estética donde nada quiere ser más de lo que es, y nada lo es. El concreto es concreto, el ladrillo es ladrillo, la piedra es la piedra, y hay una belleza honesta en eso. Hoy en día, la discusión sobre los valores estéticos de la arquitectura brutalista está de nuevo sobre la mesa.  Este estilo es derivado del movimiento moderno que tuvo su auge en México entre los 60 y los 80, cuyo rasgo característico es el acabado “en bruto” de los materiales de la obra. Algunos reconocidos arquitectos, como Teodoro González León, Orso Núñez Ruiz-Velasco, Pedro Ramírez Vázquez y Abraham Zabludovsky, fueron promotores de esa arquitectura institucional. La Ciudad de México es un escaparate de edificios brutalistas, que tuvieron poco éxito entre la población, pero que hoy en día son una afortunada sorpresa urbana que le pone pausa a lo cotidiano y te da un momento para ver hacia arriba y pensar que en esta ciudad basta tener los ojos abiertos para maravillarte. A continuación una lista de los edificios brutalistas más hermosos de la capital:

El Auditorio Nacional

Av. Paseo de la Reforma 50, Miguel Hidalgo. Su construcción se concluyó en 1953 y en 1989 fue cerrado al público para su remodelación integral, hecha por los arquitectos Abraham Zabludovsky y Teodoro González de León.  El edificio fue ampliado en su capacidad, se le revistió su fachada tratada con martelina (sello de las obras de ambos arquitectos), se mejoraron instalaciones en general y fue provisto de mejoras acústicas​ y equipo escénico. Al finalizar la remodelación, quedó como un recinto de excelencia internacional, tanto para los artistas como para el público.

Centro Cultural Universitario

Insurgentes Sur 3000, Col. Universidad Nacional Autónoma de México, Coyoacán. Enclavado en la reserva ecológica del pedregal de Santo Domingo, al sur de Ciudad Universitaria, se encuentra este conjunto arquitectónico diseñado por Orso Núñez Ruiz-Velasco y Arcadio Artis Espriu. Está integrada por varias salas, una Biblioteca y Hemeroteca y el Centro de Estudios sobre la Universidad. Núñez decidió utilizar el concreto en sus elementos estructurales y en las superficies de fachada, explorando la plasticidad de los edificios, además de propiciar variaciones tonales en fachadas, columnas y pisos a través de los agregados, como la huella que imprime la cimbra en el concreto y el efecto de la luz solar sobre los volúmenes.

El Colegio de México

Carr. Picacho-Ajusco 20, Fuentes del Pedregal. Este edificio es fiel representante de la arquitectura brutalista mexicana de los años setenta, que ha sido sede de uno de los centros de educación de posgrado de mayor tradición en México. Se trata de una topografía sumamente irregular por tratarse de las faldas del cerro del Ajusco -cubiertas miles de años atrás por la lava del Xitle– y con esta premisa, los arquitectos buscaron la forma de adaptarse al terreno.

Embajada de Japón en México

Paseo de la Reforma 243, Torre Mapfre, Piso 9, Cuauhtémoc. En este proyecto participaron dos maestros importantes del estilo moderno internacional, el arquitecto japonés, ganador del premio Pritzker, Kenzo Tange y el célebre arquitecto mexicano, Pedro Ramírez Vázquez. Esta colaboración también contó con la presencia del mexicano Rosen Morrison y logró mostrar la dignidad de la cultura oriental en el occidente. La Embajada de Japón en México fue construida en 1976, es una muestra de la concepción de proyectos conjuntos que lograron reunir a dos culturas tan diferentes y al mismo tiempo tan representativas de la arquitectura moderna.

Museo Universitario de Arte Contemporáneo

Insurgentes 3000, C.U., 04510 Ciudad de México. El terreno donde se construyó el museo era un estacionamiento, de modo que el proyecto arquitectónico a cargo del arquitecto mexicano Teodoro González de León, en colaboración con un equipo interdisciplinario, cuyo edificio suma un total de 13,947 metros cuadrados de construcción en dos niveles, de los cuales 3,300 constituyen los espacios de exhibición.1 Éste fue reubicado al sótano, debajo de una nueva plaza principal que sirve como vestíbulo para todo el Centro Cultural. En esta plaza se reubicó La Espiga, escultura de Rufino Tamayo.

Museo Rufino Tamayo

Av. Paseo de la Reforma 51, Bosque de Chapultepec, Bosque de Chapultepec I Secc. El diseño comenzó en 1972  y la construcción hasta 1979, dando como resultado un edificio que hizo merecedores al Premio Nacional de Ciencias y Artes, en el rubro “Bellas Artes”, a los arquitectos mexicanos Teodoro González de León y Abraham Zabludovsky. Considerado como uno de los pocos ejemplos en México de arquitectura contemporánea destinada desde su proyecto original a la labor museística, el edificio se incorpora armónicamente al entorno gracias a su forma piramidal, lo que remite a la herencia arquitectónica prehispánica.

Casa Taller de Agustín Hernández

Bosque de Acacias 61, Bosque de las Lomas. El taller y hogar de Agustín Hernández fue diseñado por él mismo el año 1975, en una zona boscosa del lugar escondido entre los árboles. Como si flotara sobre este barranco de 40 metros de altura, aparece esta inusual y monumental composición, que juega con la geometría y la gravedad, conformándose como una de las obras más importantes de este renombrado arquitecto mexicano; el lugar y la escultura donde el arquitecto vive, trabaja, observa y descansa.

Palma 555

Paseo de Las Palmas 555, Lomas de Chapultepec, Miguel Hidalgo. Palmas 555 es un edificio que resalta en el paisaje urbano de la Ciudad de México por su especial volumetría y diseño innovador. Este edificio de uso corporativo fue diseñado y construido por Juan Sordo Madaleno junto con José Adolfo Wiechers y el José Ignacio de Abiega como Arquitectos Asociados en 1975.

Palacio de Justicia Federal

Niños Heroes 132, Doctores, Cuauhtémoc. El Palacio de la Justicia es una magnífica fábrica creada por Juan Sordo Madaleno y José Adolfo Wiechers con la calidad emblemática y expresa material y conceptualmente el ágora ciudadana. La columnata o peristilio rectangular evoca quizás los espacios públicos de la polis, subrayando el lugar superior de la sede de los juzgadores. Rectilínea y poderosa alude a los pórticos marmóreos de la Hélade.

Torre Arcos Bosques Corporativo (Torre ‘El pantalón’)

Paseo de los Tamarindos No. 400 A, Bosques de las Lomas, Cuajimalpa. Este edificio fue obra de González de León con José Francisco Serrano y Carlos Tejeda. Cuando concluyó su construcción, era el cuarto edificio más alto de la Ciudad de México y por su forma se convirtió en un icono de Bosques de las Lomas. Forma parte de la innovación arquitectónica que vivió esa parte de la Ciudad de México, a partir de que, el 28 de agosto de 1980, el gobierno local autorizó la construcción de edificios de más de 161 metros de altura en la sección XVII de Bosques de las Lomas.