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Tlahuizcalpantecuhtli es el señor de la aurora matutina en la mitología mexica.
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Tlahuizcalpantecuhtli es la energía del amanecer, la deidad colorida con una aurora sonrosada. Asimismo es el Señor de la Estrella del Alba, es la personificación del lucero de la mañana, el planeta Venus, lo que lo convierte en una manifestación de Quetzalcóatl.
En algunas páginas del códice Borgia aparece como un esqueleto flechador. Tonatiuh lo mató convirtiéndolo en Itztlacoliuhqui-Ixquimilli ya que en general se consideraba una energía peligrosa.
Se cree que fue adoptado como deidad por los toltecas, y por algunas otras culturas se le asoció con Xolotl quien se dice que fue su hermano gemelo. En el Calendario Mexica, Tlahuizcalpantecuhtli es el patrón de la trecena que empieza el día Ce Cóatl (1 Serpiente) y que finaliza con el día Mahtlactli Omei Ollin (13 Movimiento).
Tlahuizcalpantecuhtli y los Atlantes de Tula
Los Atlantes de Tula son un increíble patrimonio arqueológico que evoca el pasado prehispánico en un asombroso complejo arqueológico legado por la civilización tolteca.
Tlahuizcalpantecuhtli fue uno de los dioses que conformaron la cosmogonía tolteca. Tomó fuerza de culto entre otras culturas de Mesoamérica, incluyendo los mexica.
Para los pueblos que habitaban América antes de la llegada de los europeos, la naturaleza y sus fenómenos eran considerados dioses o manifestaciones divinas. Los sabios y gobernantes tenían entre sus deberes observar e instruirse en el arte de interpretar los acontecimientos que sucedían en el cielo.
Es por eso que los planetas, estrellas, cometas y sus movimientos, eran vigilados y compilados en códices y calendarios que buscaban explicar el origen y el por qué de todas las cosas. Uno de los acontecimientos naturales recogido en los registros de los pueblos de América Central tiene que ver con el dios Tlahuizcalpantecuhtli, a quien se le atribuyen los amaneceres.
Los Atlantes de Tula, las gigantescas esculturas que se han convertido en el icono de los toltecas, fueron labradas en piedra basáltica y que alcanzan los 4,50 metros de altura. Cada una de ellas tiene grabados elementos que se identifican con guerreros toltecas.
Los Atlantes muestran el armamento de la época en forma de mariposa, varios cuchillos, alguno en la mano y otros en los brazaletes, así como tienen un lanzadardos. Como estas figuras han despertado la imaginación de los estudiosos de la cultura tolteca, se ha especulado con infinidad de interpretaciones y leyendas sobre los Atlantes de Tula. Pero se sabe que estas figuras solo tuvieron un uso arquitectónico.
Los Atlantes de Tula fueron columnas que sostenían el techo del templo de Tlahuizcalpantecuhtli, ubicado en la parte más alta de una pirámide emblemática del yacimiento de Tula. Hay esculturas tridimensionales y lápidas talladas en relieves, con personajes armados que aparecen asociados a elementos arquitectónicos como chac mool, pilastras, estelas, frisos y banquetas.
Los relieves evocan personajes históricos, su indumentaria y los atributos que indican su rango y características físicas. El Palacio Quemado, representan individuos tanto de pie como recostados y a la fecha siguen siendo figuras enigmáticas y se desconoce cómo llegaron ahí y cómo fueron esculpidas.
Así que visitar este zona arqueológica tolteca te dejará encantado, además de los Atlantes, puedes ver la cancha del juego de pelota y un museo de sitio donde se descubre toda la historia del lugar, del yacimiento y un sinfín de datos sobre los impresionantes Atlantes de Tula.
Templo de Tlahuizcalpantecuhtli
Dónde: Tollan, 16 de Enero (El Tesoro), El Salitre, Tula de Allende, Hgo.
Cuando: martes a domingo de 10:00 a 14:00
Cuánto: $75