El Cerro del Quemado es la meca de la cultura wixárika

Foto destacada: TaniaGVillanueva

La complejidad histórica y sagrada de la cosmovisión wixárika se encuentra en el Cerro del Quemado.

 

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El Cerro del Quemado es territorio sagrado de la comunidad wixárika. Este lugar hace posible conectar a la naturaleza con el hombre, de sentido a las costumbres y tradiciones, además de preservar la flora y fauna que embellecen el paisaje. Este centro holístico es uno de los elementos naturales y culturales de la comunidad wixárika.

El cerro se encuentra muy cerca de Real de Catorce en San Luis Potosí. Es un territorio que narra la importancia de este lugar sagrado, la memoria social colectiva y la historia de la comunidad de Wirikuta; pero sobre todo es un lugar que protege la comunicación con sus deidades.

 

 

Leyenda del cerro del quemado

 

 

 

El Cerro del Quemado o Cerro del Amanecer, es considerado por los huicholes como el lugar por donde sale el sol tras vencer a los animales nocturnos y a los monstruos del inframundo.

En el libro El arte simbólico y decorativo de los Huicholes (1902) Carl Lumholtz recopila el relato huichol del nacimiento del sol: “Dicen los huicholes que en los principios del tiempo, no había en el mundo más luz que la de la Luna, lo que traía muchos inconvenientes a los hombres. Reuniéronse entonces los principales de ellos para ver la manera de dotar al mundo de mejor luz, y le rogaron a la Luna que les enviase a su único hijo, muchacho cojo y tuerto. Comenzó ella por oponerse, pero consintió al fin. Diéronle al muchacho un vestido de ceremonia, con sandalias, plumas y bolsas para tabaco; lo armaron de arco y flechas, y le pintaron la cara, arrojándolo luego a un horno donde quedó consumido.

 

 

Pero el muchacho resucitó, corrió por debajo de la tierra, y cinco días después apareció el Sol. Cuando éste irradió su luz sobre la tierra, todos los animales nocturnos (los jaguares y leones monteses, los lobos, los coyotes, las zorras y las serpientes) se irritaron muchísimo y dispararon flechas contra el astro del día.

Su calor era grande y sus deslumbrantes rayos cegaban a los animales nocturnos, obligándolos a retirarse con los ojos cerrados a las cavernas, a los charcos y a los árboles; pero si no hubiera sido por la ardilla y el pitorreal no hubiere podido el Sol completar su primer viaje por el cielo.

 

 

Éstos fueron los dos únicos animales que lo defendieron; hubieran preferido morir antes que dejar que se diera muerte al Sol, y le pusieron tesgüino [bebida alcohólica de maíz fermentado] en el ocaso para que pudiera pasar. Los jaguares y los lobos los mataron, pero los huicholes ofrecen sacrificios hasta el presente a aquellos héroes y dan a la ardilla el nombre de Padre”.

Asimismo, es un lugar con un halo desolado, perdido; y para llegar hasta ahí es necesario atravesar un largo desierto, un profundo túnel y luego una alta montaña. Estar en este cerro, a menudo se describe como el altar sagrado donde se creó el sol” y es en donde se continúan haciendo ofrendas.

 

 

 

En la cima del cerro hay un centro ceremonial, compuesto por círculos de piedras a los que sólo se entra tras haber realizado ciertos ritos y ofrendas con permiso del vigilante. Hay una pequeña capilla, cabezas de venado, instrumentos de música, velas, arcos y peyote.

En la ceremonia se bebe tesgüino y se come peyote para acercarse a los dioses. Detrás del ritual hay una liturgia y una preparación: no se come carne, sal, ni se tienen relaciones sexuales con el fin de hacer una ceremonia sagrada, limpiar sus almas, y a través de peyote acercarse a su Dios.

 

 

El peyote, fauna endémica y sagrada atrae a charlatanes que se visten de huicholes, de chamanes y llevan turistas al desierto a consumir drogas. Aunque la venta del peyote está prohibida e incluso penada por la ley. Es por eso que sólo los huicholes pueden debido a los usos y costumbres.

Aunque hoy en día se intenta preservar el lugar sagrado, y se lucha para que no sea un espacio plenamente turístico; es posible solicitar un recorrido siempre y cuando haya un compromiso total de cuidar y salvaguardar el sitio sagrado. Ya que respetar y agradecer la visita, también sirve, de acuerdo con la creencia huichola, para purificar el alma y cargar energía.

 

 

Cerro del Quemado

Dónde: Real de Catorce, San Luis Potosí, México.

Cuando: Encuentra los guías en Real de Catorce, SLP.

Cuánto: desde $350 por persona