Descubrir con nuestros ojos lo que quedó de los primeros tiempos.
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Hace un par de años lo informamos; un grupo de arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia habían encontrado a tres metros bajo tierra, en el estacionamiento de un supermercado de la Colonia Guerrero, una base piramidal inmensa que de acuerdo a sus investigaciones había sido un importante centro religioso antes de que llegaran los españoles.
Un recinto sagrado construido hace más de 650 años que se usaba para rendirle culto a Echécatl-Quetzalcóatl, el implacable dios del viento. Según los historiadores y restauradores que trabajaron en el proyecto, este templo de adoración estaba hecho de tezontle y estuco, y su sola presencia en Tlatelolco le dio cuantiosas explicaciones a muchas de las interrogantes que había en la zona.
En su momento este vestigio, encontrado gracias a la demolición de un supermercado, fue considerado uno de los hallazgos más grandes e interesantes que han aparecido en la capital mexicana. Por eso los expertos han trabajado día y noche para que este asombroso basamento pueda ser visitado por el público en general.
Y hace unos días, el arduo trabajo de decenas de personas durante cuatro años vio la luz cuando Salvador Guillén, cabeza del proyecto, inauguró con mucha emoción un nuevo rincón arqueológico en la CDMX. Un espacio en el que los cuantiosos transeúntes que cruzan Tlatelolco y demás entusiastas del pasado podrán contemplar detrás de una ventana el imponente Templo Echécatl-Quetzalcóatl.
La base piramidal, que ya se puede ver, cuenta con un diámetro de 12 metros y está construida hacía el oriente. De acuerdo a algunos especialistas su ubicación se explica porque en el época en el que fue erigida, los arquitectos se basaban en los mitos y edificaban sus templos de acuerdo a la voluntad de sus deidades.
Hay que destacar que además del basamento de piedra en el lugar emergieron una serie de ornamentos usados por el pueblo mexica, tétricas ofrendas que revelaron la naturaleza de los sacrificios que se hacían a propósito del dios del viento, los restos óseos de 32 personas y huesos de niños guardados en vasijas como era la tradición.
Este museo es más bien una maravillosa máquina del tiempo al pasado. Y además ha abierto sus puertas dos años antes de que el país conmemore 500 años de la trágica y paradigmática llegada de los españoles a nuestros mares.
Ir a conocerlo, es atestiguar en vivo nuestro tesoro más profundo, ese que tiene que ver con el misterio de lo que alguna vez fuimos.
Templo Ehécatl Quetzalcóatl
Dirección:
Av. Ricardo Flores Magón, Tlatelolco
Teléfonos: 5583 6295, 5782 2240 y 7290
*Abierto las 24 horas
*Entrada gratuita