Foto destacada: Mictlan: An Ancient Mythical Tale Events
Los españoles se encontraron con un sitio fascinante al grado de pensar que se trataba de un sueño.
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México Tenochtitlan se construyó sobre un islote sólido con extensiones de lagos y varios cuerpos de agua, ya que el ecosistema lo permitía. El actual centro de la Ciudad de México estaba lleno de garzas, peces y chalupas que transportaban mercancía y gente.
Según la mitología mexica, en este lugar se posó el águila devorando una serpiente y los primeros pobladores supieron que ahí habría una gran ciudad —y que ellos tendrían que construirla.
El sistema de lagos era extenso así como las rutas mercantiles y navales de los mexicas. Cuando Hernán Cortés vio por vez primera México-Tenochtitlan, pensó en Venecia, la ciudad italiana construida sobre el mar. Pero a lo lejos se podía ver el lago Texcoco y varios pueblos que surgían en sus orillas: Mixquic, Iztapalapa, Huitzilopochco, Coyoacán, Tlacopán y Texcoco.
A comienzos del siglo XVI, la ciudad tenía una extensión de 10 km cuadrados y estaba dividida en cuatro barrios: Cuepopán, al norte; Teopán, al sur; Moyotlán, al este y Aztacalco al oeste. En cada barrio había grupos de casas llamados Calpulli, los cuales disponían de su propio templo, escuela y jefe de barrio.
Se ha dicho que vivían cerca de 700.000 personas en la capital de los aztecas. Esta cantidad de habitantes, hacía de Tenochtitlán la ciudad más poblada de América y la tercera del mundo en el siglo XVI, después de las ciudades como en China, Estambul y Sevilla en donde se habla de solo 250.000 habitantes.
Tecnología azteca
La creación de este espacio exigió crear sistemas hidráulicos para aprovechar los recursos naturales, la contención de las aguas y el abastecimiento de agua dulce, así como para cultivos y la propia circulación hacia lo interno y externo de la ciudad. Se hicieron obras complejas de control y cultivo que permitieron producir alimentos en volumen para una megaurbe que desarrolló sistemas complejos agrícolas, base de su economía y subsistencia, este tipo de estructuras se denominaban chinampas.
También idearon sistemas de riego mediante canales, presas, diques, compuertas y depósitos pluviales. Las aguas del lago representaron siempre un riesgo por las corrientes que en el se formaban así como las características propias del entorno.
Mictlan: An Ancient Mythical Tale Events
Las Chinampas fueron fundamentales para la agricultura de la ciudad. De entre los sistemas de riego que idearon, los canales, presas hechas con madera, piedra o lodo, diques, destaca el llamado “Albarradón de Nezahualcóyotl”, un muro de piedra y argamasa pensado en la contención y separación de las aguas. Otro fue el de “Ahuizotl”, que protegía el islote de las corrientes del Lago Texcoco.
Asimismo, crearon acueductos soportados por pilares con arcos, que llevaban el agua por kilómetros de zonas cercanas donde hubiera manantiales, de modo que Tenochtitlán tenía un excelente suministro de agua, además de un gran sistema de alcantarillado.
Existían gran cantidad de calzadas que conectaban distintos lugares. Entre ellas la “Calzada de Tepeyacac”, la “Calzada de Tlacopan o Tacaba”, la “Calzada de Nonoalco”, que conectaba a la ciudad con tierra firme; y la “Calzada de Tenayocan”, que conectaba el islote de Tlaltelolco hasta Tenayocan en el norte. Muchos de los cuales siguen siendo vías importantes en la ciudad.
Las calzadas conectaban a la cuidad con el borde y se construían tramos para permitir el paso de las trajineras y canoas en los canales.
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Los primeros trabajos hidráulicos que realizaron los mexicas para fundar México-Tenochtitlan empezaron en el siglo XIV. Esto hizo posible que la Cuenca de México funcionara con base en un sistema de chinampas y canales, que permitieron el florecimiento de la agricultura, la economía y la política.
Para evitar que se desbordaran los canales, los mexicas tuvieron que desarrollar diques, acueductos y desagües. Fue así como pudieron establecer zonas residenciales y cimentar con solidez las bases de templos construidos enteramente de piedra. Esta tecnología dio pie a que Hernán Cortés apodara a la ciudad la “Venecia del Nuevo Mundo”.
