La leyenda de Quetzalcóatl y Tezcatlipoca en la lucha por la creación del mundo

Foto destacada: Richard Baltazar

Estas narraciones sobre Quetzalcóatl y Tezcatlipoca nos dan una idea vasta de la cosmovisión azteca.

 

La leyenda de Cipactli es una gran historia sobre el principio del mundo en la cosmovisión azteca. Es el principio de nuestra cultura ancestral, y nos ayuda a entender la importancia de Quetzalcóatl y Tezcatlipoca, del sacrificio y la astucia de las fuerzas creadoras.

Asimismo, nos habla del Tonalpohualli o cuenta de los días, un calendario muy poco conocido para nosotros. Esta es la sabiduría de los pueblos originarios, llena de sincretismo y folklore, que encierra una sabiduría de vida.

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Cipactli y el origen del mundo

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Una de las leyendas más deslumbrantes es la del Monstruo Cipactli, de quien cuentan los abuelos que era una bestia inmensa que siempre estaba hambrienta, habitaba en los mares, y era la única criatura que existía.

Se dice que Los Señores de la Dualidad, Ometecuhtli y Omecihuatl, engendraron a cuatro hijos. Estas energías puras eran como emanaciones de humo que reflejaban la Luz de sus padres, así que se les llamó Tezcatlipocas. Cuatro fueron los hijos, dos opuestos a dos, Tezcatlipoca (Negro) y Quetzalcóatl (Tezcatlipoca Blanco) Huitzilopochtli (Tezcatlipoca Azul) y Xipetotec (Tezcatlipoca Rojo).

A cada uno se le asignó un rumbo, a Tezcatlipoca el Norte, a Huitzilipochtli el Sur, a Xipetotec el Este y a Quetzalcoatl el Oeste, fueron las fuerzas creadoras con las que se construyó el mundo.

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A Tezcatlipoca y a Quetzalcóatl se les asignó la tarea de crear al hombre. Pero para que el hombre pudiera vivir, tenían que crearle primero un mundo. Sin embargo, no existía tal mundo, solo existía una inmensa, feroz y diabólica bestia llamada Cipactli. Quetzalcóatl y Tezcatlipoca hasta el inmenso mar cósmico primigenio para buscar a Cipactli en las profundidades del agua.

Era una criatura gigantesca, poseía 18 cuerpos, y en cada uno de ellos estaba adornado con una boca. Era una criatura primitiva, como un dinosaurio marino gigantesco, mitad pez y mitad cocodrilo, se movía con brusquedad, y lanzaba gruñidos horribles como si estuviese hambrienta.

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Cipactli era tan feroz y colosal que no era posible enfrentarlo de frente, así que los hermanos tuvieron que idear un plan. Quetzalcóatl propuso emboscar a la bestia, atacarla por sorpresa y entre los dos podrían doblegarla y darle muerte. Tezcatlipoca tuvo una idea: sacrificó uno de sus pies, para utilizarlo como carnada para atraer al monstruo hacia la emboscada. En un acto de valor se cortó el pie de un tajo con ayuda de su hermano y lo lanzó.

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Cuando la bestia percibió el sabor de la sangre que yacía en el agua, se precipitó ansiosa a devorarlo, y Tezcatlipoca y Quetzalcóatl se lanzaron sobre la colosal criatura. Fue una gran batalla pero los hermanos terminaron por someter a Cipactli.

El cuerpo de la criatura fue separado en dos partes para crear el mundo. Luego notaron que los hombres no podrían vivir ahí, así que pusieron una sobre la otra y a los extremos colocaron dos troncos enormes de madera, para separar la tierra del cielo. Por encima había nueve mundos superiores chicnauhtopa, por debajo había nueve submundos chicnauhmictlan, los inframundos, el Mictlán.

De las entrañas de Cipactli, Quetzalcóatl dio vida al primer hombre, al cual llamó Cipactonal, literalmente espíritu de lagarto. También creó a la primera mujer Oxomoco, y a ellos se les dio la tarea de poblar el mundo. También se les pidió hacer un calendario compuesto por 18 meses, en honor a los 18 cuerpos de Cipactli, y cada mes tendría veinte días, como los dedos de las manos de Cipactonal y Oxomoco juntos. El primer día llevaría por nombre Cipactli, sería el comienzo porque así comenzó el mundo.