Las Lagunas de Zempoala es un lugar precioso para visitar un fin de semana.
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Una pequeña niña destacaba por su belleza en el antiguo pueblo de Huitzilac
. Sus ojos eran oscuros y cristalinos como la obsidiana, su piel tersa de canela espolvoreada, y su sonrisa aperlada enternecía hasta los más fieros guerreros. Su nombre era Zempoatl. Zempoatl nunca conoció a su madre, quien falleció mientras estaba en labor de parto. Pero la pequeña siempre contó con el cariño de su padre y sus seis hermanos, con quienes compartía sus alegrías y tristezas.
Un día la niña jugaba con sus hermanos en la orilla de un río, cuando de pronto un apuesto joven la vio. El muchacho llevaba el atuendo característico de los tlahuicas (una antigua cultura de la región): calzón y camisa de manta, huaraches y una faja enredada en la cintura).
– Linda niña -le dijo- ¿Qué dirección debo tomar para encontrar el poblado del Ajusco? Voy para allá a entregar un encargo.
– Vas por el camino correcto buen mozo. El lugar que buscas está tras los montes que tienes frente a tu vista. El joven asintió con la cabeza, agradeció las indicaciones y al hacerlo se percató del encantador rostro de Zempoatl. Jamás olvidaría esa dulce cara. Ambos se despidieron sonrientes y tan sólo pensaban si en el futuro se volverían a ver. Con el pasar de los años, ella se convirtió en una hermosa mujer que era asediada por un sinnúmero de pretendientes. Ante el padre de la doncella se presentaban hombres de toda la región que anhelaban desposarla, pero en el corazón de su hija sólo había lugar para el joven tlahuica.
Zempoatl regresaba del río con un par de cántaros de agua a cuestas, a lo lejos, por el sendero, vio que se enfilaba hacia ella el mismo hombre del que se enamoró años atrás. Al quedar frente a frente se reconocieron, ambos se fundieron en un profundo abrazo. Pero tras unos instantes, él la empujó con tosquedad y le dijo: “Mujer, no puedo hacerte daño. Yo ya no soy libre, me he casado porque no pensé que nos volveríamos a ver”.
Al escuchar esas palabras, Zempoatl sintió que su corazón se fracturaba y mientras el hombre que amaba continuaba su andar, ella quedó sumergida en una mortal tristeza, pues a los pocos días enfermó por la desilusión y murió. La familia de la doncella rogó a los Dioses que la regresaran de entre los muertos, más las súplicas no fueron escuchadas. El padre y los hermanos de Zempoatl lloraron inconsolables día y noche, hasta que sus lágrimas formaron varias lagunas en aquel valle, que hoy son conocidas como Lagunas de Zempoala.
Las Lagunas de Zempoala se encuentran a 90 minutos de CDMX. Hoy en día es un parque nacional que en náhuatl significa veinte lagunas o muchas lagunas. Es un área natural protegida de México por decreto oficial del 27 de noviembre de 1936 el cual se modificó el 19 de mayo de 1947, ubicada en el Estado de Morelos.
Abarca el municipio de Huitzilac en el Estado de Morelos. Se compone de bosque de oyamel, pino y encino. Actualmente más de la mitad de los lagos se conserva, y de los otros algunos solo se recargan o se forman en la época de lluvias. En este parque nacional hay gran biodiversidad acuática que se presenta en las lagunas, las cuales son de suma importancia no solo a la región que corresponde a la denominada zona de la especie que más habita es la trucha Eje Neovolcánico, sino de México.
Además existe un pequeño complejo con servicios para el turismo entre los cuales hay baños, renta de caballos, área para comer. Existe una vereda que permite rodear a pie el lago así como un mirador. En el lugar existe una pared de piedra de unos 3200 m ideal para la práctica del rappel y está permitido acampar. El parque es uno de los sitios muy frecuentado sobre todo los fines de semana por los habitantes de la Ciudad de México o de Cuernavaca.
Hay comida típica y trucha, paseo a caballo y poni y un paseo en lanchas. También cuenta con un Centro para la Cultura y la Conservación (CCC), esté es un pequeño museo, el cual alberga información sobre el parque, flora y fauna. En el CCC se dan visitas guiadas y recorridos por los senderos interpretativos.
El parque es ideal para un fin de semana de descanso, ya que hay área de convivencia y juegos infantiles, sendero ecológico y centro de visitantes, o la navegación y algunos deportes acuáticos permitidos en las lagunas, como son: paseos en lancha de remos y veleo (llevando tu propio bote).
Además el acceso a las Lagunas así como el estacionamiento es sin costo. Puedes traer a tu mascota. Hay vigilancia comunitaria por parte de dos municipios y vigilancia de la policía y de Protección Civil. No lo pienses más y sigue el camino para escaparte a este oasis natural que se encuentra a tan sólo 1 hora 20 minutos de la Ciudad de México.
Lagunas de Zempoala
Dónde:
carretera libre o federal 95 que conduce a Cuernavaca. En el km. 37 encontrará la desviación a Huitzilac en el poblado de Tres Marías. 13 km. adelante está el parque.
Cuándo: lunes a domingo desde las 07:00
Entrada libre a lagunas, estacionamiento y zona de acampar
Fotografía de portada: ikarusmedia
Fotografías Morelos Turistíco