Foto destacada: @sanchz_dan
Chacchoben es uno de los asentamientos de mayor importancia en la Región de los Lagos en Quintana Roo.
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Chaccoben puede traducirse del maya como “Lugar del maíz colorado”; pero del asentamiento como tal no se tienen evidencias que permitan conocer el nombre que tuvo el sitio en la época prehispánica, ya que es de recién exploración.
La exploración comenzó en 1994 y a la fecha se han intervenido y consolidado algunos de los edificios más importantes que conforman el núcleo del asentamiento, el cual se extiende en un área de 70 hectáreas donde se distribuyen conjuntos de estructuras de diferentes rangos.
De toda esta zona, los que sobresalen son los conjuntos denominados Gran Basamento, las Vías y el Grupo II, mismo que incluye al edificio de mayor altura del asentamiento. El carácter de los grupos arquitectónicos es de tipo al cívico y religioso, funciones que se confirman por la gran cantidad de incensarios tardíos recuperados en la parte superior del Gran Basamento y en los dos edificios principales que lo coronan, los cuales corresponden a templos.
Es muy probable que los primeros habitantes de la región se establecieran 200 años antes de nuestra era, en pequeños caseríos alrededor de los cuerpos de agua, como la Laguna del Ocho y la de Chacchoben.
Pero la actividad de construcción parece haber decrecido alrededor del año 700, hasta ser abandonada parcialmente, durante. Hasta 2017 se han encontrado dos estelas con inscripciones jeroglíficas; ambas presentan textos erosionados e ilegibles, por lo que existe la suposición de que Chacchobén fue un sitio mayor vinculado a alguna capital regional del área del Petén, idea que es reforzada por el estilo de la arquitectura del sitio.
La arquitectura del sitio presenta un zócalo, entre calle y talud; los materiales recuperados presentan una clara similitud con los documentados en sitios del norte de Belice más que con sitios del norte yucateco.
Como toda zona arqueológica, Chacchoben sufrió las consecuencias del abandono en medio de la naturaleza. A pesar de que son grandes construcciones, los árboles y la vegetación se extienden hasta cubrirlos por completo. Por eso, en muchos lugares de la Península de Yucatán, aunque veas elevaciones de tierra, probablemente sea algún templo.
La característica asombrosa de estos templos es que son como las matrioshkas de Rusia: dentro de ellos se encuentra uno más pequeño. Son huecos, al contrario de la pirámide de Chichen-Itzá que es totalmente sólida, como hasta ahora se cree.
En este sitio, del 21 de marzo y el 21 de septiembre de cada año, cuando sucede el equinoccio el sol se alinea perfectamente con los templos 1 y 24. Se cree que en ese entonces, el gobernante de la zona subía hasta la punta del templo y como el dios que pensaban que era, recibía todo el poder del sol.
Además de estos impresionantes templos, dentro del área habitan unas abejas que no tienen aguijón. Se trata de la abeja melipona. Una especie nativa de América que sólo produce alrededor de un litro de miel al año por panal. Estos son muy distintos a un panal de abejas europeas o africanas.
En el sitio es posible ver árboles de chicozapote y de chicle. Los mayas fueron los que aprovecharon al máximo los beneficios de este árbol ya que también crecen en Asia, sólo que allá solamente supieron aprovechar la madera y su fruto.
La zona arqueológica de Chacchoben es un motivo más para viajar hasta allá y disfrutar de la riqueza cultural que ofrece México. Y si por este sitio, te recomendamos hacer el tour Chichen Itzá, Ik Kil y Cobá.
Zona Arqueológica de Chacchoben
Dónde: 77926 Chacchoben, Q.R., Grand Costa Maya, QR.
Cuando: lunes a domingo de 09:00 h a 15:00 h.
Cuánto: $70 pesos
