A una hora de la CDMX, se encuentra este paraíso con laberintos, venados y tirolesas.
Pensar en literatura novohispana es pensar en
Sor Juana Inés de la Cruz, una mujer que nació en San Miguel Nepantla el 12 de noviembre de 1651. Es, sin duda, la mujer más excepcional de su época, tanto que el mundo de las letras la bautizó con sobrenombres como el “
Fénix de América” y la “
Décima Musa”.
Aunque formó parte de la
Orden de San Jerónimo, el legado de esta mujer radica en su literatura, una de las más deliciosas, exultantes y preciosas de nuestro país. Y es que Juana aprendió desde muy temprana edad a leer, en una residencia que se llama
Hacienda Panoaya y se ubica en Amecameca de Juárez.
En este lugar, Sor Juana vivió desde los tres hasta los ocho años. Se dice que en ocasiones visitaba la biblioteca de la hacienda,
que pertenecía a su abuelo, quien arrendaba Panoaya. A escondidas, la niña se adentraba en las historias que todos los libros de los estantes tenían para ofrecer.
Tan significativos fueron los años que pasó la poetisa en esta hacienda, que se convirtió en la construcción que
aparece en el famoso billete de $200. Actualmente, este lugar es un complejo turístico que recibe a familias todos los fines de semana que buscan alejarse del ajetreo citadino y pasar un buen rato al lado
de la naturaleza y la arquitectura colonial.
Entre las habitaciones, los pasillos y la capilla de la hacienda, se puede sentir la presencia de la niña que llegó a ser
la escritora más importante de México.
En la visita guiada, los asistentes podrán conocer, entender y empaparse de la
conmovedora historia de Sor Juana, no solo en los años que residió en esta gran casa, sino a lo largo de toda su vida. Podrán apreciar retratos, libros y hasta el primer poema que la niña escribió:
Loa al Santísimo Sacramento.
Otra de las maravillas de Panaoya es el afamado
laberinto inglés, un espacio de 5,000 mil metros cuadrados compuesto por arbustos de color verde vibrante. Cabe mencionar, que el tiempo estimado para recorrerlo es de aproximadamente 30 minutos. Pero si sientes que estás completamente perdido,
puedes pedir ayuda para que alguien te rescate y te muestre la salida.
La hacienda también cuenta con un espacio llamado el “
Parque de los animales acariciables”, y como su nombre lo indica, se trata de un terreno con
venados, llamas, patos y cerdos que solo piden ser acariciados por las personas.
Asimismo, hay tirolesa, restaurantes y otras actividades extremas ideales para las familias. Lo mejor es, indudablemente,
el precioso paisaje. Visitar la Hacienda de Panaoya es una travesía
de literatura, naturaleza y adrenalina que todo capitalino debe realizas al menos una vez en la vida.
Hacienda Panoaya
Dirección: Carretera Federal México-Cuautla Km 58, Panoaya, 56900 Amecameca de Juárez, Méx.
Teléfono: 597 978 5050
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