Foto destacada: The New York Times
La historia de los cholos es la historia de muchas alianzas culturales.
Los cholos fueron una subcultura, hoy en día es un estilo de vida asociado con un conjunto particular de vestimenta, comportamiento y cosmovisión que se originó en la relación entre México y Estados Unidos. La subcultura tiene raíces históricas en los Pachucos, los hijos de mexicanos que nacieron en Estados Unidos, pero que no se identificaban del todo con la cultura estadounidense, ni con la mexicana.
Los cholos también representan ese limbo cultural fronterizo, que se ha extendido por todo México y Estados Unidos con grandes poblaciones de chicanos y latinos en general, pero que a la fecha se ha extendido países como Japón, China y Australia.
En la década de 1960, el Movimiento Chicano se inspiró el Black Power de los 60, para abrazar su identidad y para combatir el racismo estructural y rechazar la asimilación; aunque la palabra “Cholo” se refería al hijo de un negro y una india, o de un indio y una negra, lo llaman mulato y mulata. A los hijos de estos los llaman cholos: perros, no de raza pura, de origen dudoso y que los españoles lo usaron en el siglo XVI como un insultos.
Cholo en su versión histórica.
El término cholo y chola se usa para hablar de las mezclas de ascendencia como mestizo y amerindio en América Latina, además se relacionaba a las áreas pobres donde vivían los latinos y tenía una fuerte carga negativa.
A partir de los años 70 y entrados en los 80, los cholos comenzaron a definir su estética en los lowriders o rediseños de autos, parte de su declaración política para representar la rebelión, la resistencia y la juventud; además de estar asociados a pandillas mexicano-americanas del sur de California, que pronto pasó la frontera a Tijuana, Sonora e incluso la CDMX y el sur mexicano, Guatemala y el Salvador.
Lo peculiar de este arte, estética y cultura es que se ha extendido a países como China, Australia, y últimamente siendo más populares en Japón, un país en donde floreció esta subcultura con cientos de seguidores, pero que es prominente en como Nagoya, Osaka y Tokio. En cada ciudad, hay áreas donde verá más miembros de la comunidad y tiendas a las que acudir en busca de productos importados de Los Ángeles.
Cholos en Japón
Nagoya es el hogar de la comunidad de cholos más grande de Japón. El lowrider Junichi Shimodaira ha estado activo en la comunidad durante más de 30 años y es propietario de una tienda llamada Paradise Road que comenzó en 1987, cuando la cultura apenas llegaba a Japón
MoNa es una de los raperas de estilo chicana más populares de Japón, también conocida como Sad Girl. No solo es popular en Japón sino también en todo el mundo: ha dado conciertos en ciudades estadounidenses como San Diego y el corazón de la cultura chicana, Los Ángeles.
Night The Funksta captura toda la positividad de esta cultura poniendo un énfasis especial en el estilo artístico. La subcultura cholo japonesa afirma que la importancia de la identidad familiar y social en la cultura japonesa es algo similar a la cultura chicana, y tal vez sea por eso que el cholo japonés podría encontrar consuelo en eso.
Así como en México hay fanáticos del manga y el anime, en Japón hay cholos que utilizan elementos mexicanos como decoración, si aquí hay cosplays, en Japón hay personas usan huipiles y blusas bordadas de la Virgen de Guadalupe. Este es un símbolo de que la cultural no tiene fronteras y de que a pesar de estar alejados miles de kilómetros, existen similitudes y gustos naturales entre culturas que enriquecen a ambas naciones.