Foto de portada: @aq.ags
Además de las pirámides y los juegos de pelota, el estilo arquitectónico más famoso de la Europa medieval también llegó hasta México, en la forma del Castillo Ortega-Douglas.
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Realmente, México está lleno de sorpresas. Como si las zonas arqueológicas no fueran suficientes, aunadas a los maravillosos edificios neoclásicos como Bellas Artes y a la preciosa arquitectura religiosa, también hay castillos. Uno de los atractivos turísticos principales de Aguascalientes es el Castillo Ortega-Douglas, un precioso edificio medieval que se construyó como un tributo al amor. Todo comenzó a mediados del siglo XIX, cuando el escocés John Douglas emigró a México.
Fotografía de: Estefany Valdivia
Fotografía de: Alejandro Vega Rodríguez
John no perdió el tiempo, y a los pocos años se convirtió en uno de los hombres más ricos del estado. Su fortuna era tal que llegó a las manos de su nieto, Edmundo Ortega Douglas, quien se comprometió con Carmen Llaguno Cansino en 1923. El origen de su ancestro, aunado al amor que le profesaba a su prometida, lo llevaron a plasmar su devoción en un castillo escocés que se convertiría en su casa después de casarse.
A pesar de no ser tan monumental como los primos europeos, el Castillo Ortega-Douglas era, en todo sentido de la palabra, una réplica perfecta. Edmundo no escatimó ningún gasto y adoró su castillo con un foso, un puente levadizo, vitrales y hasta un pequeño lago con cisnes. Fue habitado durante muchos años por la familia Ortega Llaguno, hasta sus muertes a finales de los sesentas.
Fotografía de: Luis Alvaz
Fotografía de: Luis Alvaz
Los descendientes no sabían qué hacer con tamaña construcción, y después de tres años de abandono, decidieron rentarlo. En 1997 se convirtió en un restaurante, pero esta nueva advocación del castillo duró poco. Probablemente era difícil darle mantenimiento a un lugar tan grande, y eventualmente se vendió en el 2015. A partir del 2019, se han podido observar obras de restauración, pero todavía no se sabe qué pasará con él. Esperemos que la belleza del Castillo Ortega-Douglas se abra al público y podamos disfrutar de su majestuosidad.
Otro edificio que derrocha opulencia: la Capilla Dorada del Rosario.
*Imagen de: Mario Yair TS