Tehuanas, autonomía, belleza y estética posrevolucionaria oaxaqueña

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Las tehuanas han sido un símbolo de la feminidad desde hace muchos años.

 

Originarias del istmo de Tehuantepec, Oaxaca, las tehuanas encabezaron la estética postrevolucionaria que buscaba dar un rostro a nuestro país, la campaña en la que participaron los grandes artistas de aquellos días dirigida ni más ni menos que por un oaxaqueño, José Vasconcelos, dio a conocer a mujeres fuertes e independientes, el ejemplo perfecto para enarbolar nuevos tiempos.

Ya desde el siglo XIX muchos artistas, antropólogos y cronistas extranjeros, visitaban el istmo para conocer de cerca a las tehuanas, que describían como hermosas mujeres de cabellos y ojos seductores, rostros enmarcados en un resplandor blanco que quedaba totalmente opacado ante sus personalidades, característica que más llamaba su atención.

Las tehuanas eran muy diferentes al resto de mujeres de la época, hablaban lo mismo con mujeres que con hombres, en plena libertad y con una confianza de sí mismas bastante adelantada a su tiempo, cualquiera que conozca Oaxaca sabe que así son sus mujeres, cabezas de familia vestidas de pies a cabeza con el considerado el más elegante de los trajes típicos mexicanos que surgió de una fusión textil entre las telas europeas y los bordados locales.

A las tehuanas se les retrató por todos lados, películas, pinturas, fotografías, estudios antropológicos, canciones y hasta en el billete de diez pesos emitido en el año de 1938 como parte de la política nacionalista de Lázaro Cárdenas. María Félix, Dolores Olmedo y Frida Kahlo son sólo dos de las famosas que tomaron la vestimenta reconocida por revistas de moda internacionales como Vogue.

Foto de: Copyright: Diego Huerta 2017

Vestido de Tehuana

Tehuana viene del término zapoteco didjazá, que significa paisana, pero la historia la ha resignificado como la mujer que, a diferencia del resto de mujeres indígenas, ha logrado el trato igualitario ante los hombres de su sociedad, los inspirados en esta noción han sido Diego Rivera, Roberto Montenegro, Olga Costa, María Izquierdo, Claudio Linati, Mathieu de Fossey, Charles Brasseur, Miguel Covarrubias y muchísimos más.

El vestido de las tehuanas representa su carácter autónomo, es un trabajo elaborado a mano que se hereda de madre a hija, todos y cada uno de ellos son diferentes porque en ellos se relata una vida, la historia de un linaje de mujeres. Estas bellezas floridas están compuestas de cinco elementos básicos, huipil, falda, enagua, resplandor y ahogadores.

Cuando hablamos de la vestimenta de las tehuanas, fundadoras de la sociedad matriarcal, no podemos hablar de uniformidad, pero sí de unificación, podemos encontrar terciopelo negro, rojo o púrpura, en combinación con los elementos mencionados como los ahogadores (collares) y aretes que se hacen con maximilianos (monedas) engarzados a una cadena.

La variedad de trajes de tehuana también se debe a la ocasión en que deban usarse ya sea por mayordomía, luto o bodas podemos encontrar cambios, no obstante, la imagen que se ha popularizado es el lienzo de terciopelo oscuro bordado de alegres flores y el famoso resplandor, un elemento diferente e interesante.

El huipil de cabeza o resplandor se incorporó al traje de tehuana con la entrada del ferrocarril a finales del siglo XIX, cuando llegaron telas importadas, hay quienes dicen que tanto el holán como el resplandor son de influencia holandesa, otros dicen que se debe a los ingleses; así de incierto es su introducción al atuendo.

Miguel Bernal

Hay estudiosos que afirman que este elemento se introdujo desde la colonia, imita el resplandor que emanan las vírgenes y que se modificó con las modas textiles decimonónicas, por otro lado, se afirma que el huipil de cabeza no es tan antiguo y simple y sencillamente sirve para enmarcar la poderosa belleza de las tehuanas.