Los monumentos artísticos son obras que revistan valor estético relevante. Se determina atendiendo a su representatividad, inserción en determinada corriente estilística, grado de innovación, materiales y técnicas utilizadas y otras análogas.
. . .
Los museos además de exhibir las piezas que están en su colección, tiene el papel importan de conservar y llevar un registro del Patrimonio Artístico con el fin de dejar un rico legado cultural a las futuras generaciones. Las colecciones museográficas representan las diversas escuelas artísticas en el país, las vanguardias y preservan obras de artistas contemporáneos. De ahí que sea importante que la gente sepamos los datos de la totalidad de las colecciones que resguardan los museos, las condiciones del acervo e incluso el costo de mantener dichas obras, con el fin de vincularnos con el arte a pesar de que no seamos coleccionistas y que las instituciones culturales del país nos resulten ajenas o lejanas. Del enorme acervo de piezas que existe en el país, la protección de las obras es brindada por medio de un marco jurídico que abarca la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y las leyes del INBA, aduanera, Federal de Derecho de Autor y sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos, entre otras. Desde 2011 el Registro Público de Monumentos y Zonas Artísticas, el cual ha arrojado el resultado de las 2,218 obras catalogadas como tales, de las cuales 194 son de José María Velasco. Igualmente, continuó, hay 273 de Diego Rivera, 1,046 de José Clemente Orozco, 247 de Gerardo Murillo “Dr. Atl”, 322 de David Alfaro Siqueiros, siete de Frida Kahlo, 73 de Saturnino Herrán, 39 de Remedios Varo y 17 de María Izquierdo. Muchas de obras que son catalogadas como Monumento Artístico pertenecen al Museo de Arte Carrillo Gil; de hecho el Carrillo Gil posee una de las colecciones de Orozco más completas del país, abarcando de 1941 a 1973, periodo que implica varias etapas de la vida y obra del pintor. Te dejamos algunos de los artistas más reconocidos, y de las razones por las que su obra ha sido declarada como Monumento Artístico.
José María Velasco
(1840-1912) Figura máxima del paisajismo mexicano del siglo XIX. Logró plasmar con realismo y detalle la naturaleza en sus cuadros. Sus obras son de gran majestuosidad y equilibrio entre la luz, el color, la naturaleza y el ser humano. Entre sus obras más conocidas se encuentran Valle de México desde el río de los Morales, 1891; Valle de México desde el cerro del Tepeyac, 1894, 1901, 1905; Valle de México desde el Molino del Rey, 1895, 1898 y 1900.
Diego Rivera
(1886-1957) Figura emblemática del muralismo mexicano, cuya obra destaca por una búsqueda plástica de la identidad posrevolucionaria, en la que retoma la monumentalidad del arte prehispánico y su ideología del proletario como el eje del desarrollo humano. Dentro de su amplia producción, algunas obras destacadas son El arsenal, 1922; El hombre controlador del universo, 1934;Desnudo con alcatraces, 1944; Sueño de una tarde dominical en la Alameda,1947 y América Prehispánica, 1950. Sus últimas obras murales fueron mosaicos para el estadio de Ciudad Universitaria y el Teatro Insurgentes.
José Clemente Orozco
(1883-1949) Uno de los tres grandes muralistas mexicanos. Su estilo único se caracteriza por una expresión de potente colorido y epopeya lírica que le confiere sentido universal. Destacan las obras Omnisciencia, 1925; Trinchera, 1926; Las Soldaderas, 1926; Prometeo, 1930; Hidalgo, 1934; Katharsis, 1935;Dioses del mundo moderno, 1932-1934 y El hombre en llamas, 1938-1939. Su última obra completa fueron los frescos de la bóveda de la Cámara Legislativa en el Palacio de Gobierno de Guadalajara.
Gerardo Murillo, Dr. Atl
(1875-1964) Pintor, paisajista, escritor, pero también filósofo y vulcanólogo. Creó un sinnúmero de obras en las que capturo las vistas del territorio mexicano y sus volcanes. Revolucionó la perspectiva del paisajismo, al recrear conjuntos geográficos desde las alturas que hoy conocemos comoaeropaisajes. Entre sus obras más destacadas se encuentra: Paisaje Boscoso, 1920; Nahui Ollin, 1922; Paisaje con el Iztaccíhuatl, 1932; Vista del Popocatépetl, 1934; Erupción del Paricutín, 1943; Valle del Pihuamo,1952 y Popocatépetl desde un avión, 1958.
David Alfaro Siqueiros
(1896-1974) Artista comprometido con la lucha revolucionaria, apologista del progreso y de la ciencia. Alcanzó fama internacional por sus murales de fuerte contenido político e innovación técnica. Precursor del action painting y el grafiti. Entre sus obras más emblemáticas destacan: Eco del llanto, 1937; Cuauhtémoc contra el mito, 1944; Nacimiento del fascismo, 1936-1945; El pueblo a la Universidad, la universidad al pueblo, 1952-1956; Del porfiriato a la revolución, 1957-1966. Su última obra, ubicada en el actual Polyforum Siqueiros, e inaugurado en 1971 es Marcha de la Humanidad en América Latina hacia el cosmos.
Frida Kahlo
(1910-1954) Una de las más destacadas mujeres pintoras del México moderno. Su producción plástica es reconocida por sus múltiples autorretratos, aunque también pintó paisajes y retratos de personajes importantes de la época. Tanto en su trabajo, como en su vida cotidiana recuperó las raíces del arte popular mexicano. Entre sus obras más reconocidas se encuentran: Unos cuantos piquetitos, 1935; Las dos Fridas, 1939; Diego en mi pensamiento,1943; La columna rota, 1944 y Viva la Vida, 1954. Frida Kahlo se ha convertido en un referente del feminismo, la libertad sexual y la cultura mexicana.
Saturnino Herrán
(1887-1918) La obra de Saturnino Herrán está definida por una sensibilidad modernista y subjetiva, en la que plasmó el mundo indígena prehispánico y el virreinal. En el mestizaje de Herrán no opera el racismo y el desdén del arte decimonónico, como tampoco la veneración exacerbada de un pasado indígena que niega su hispanidad, como ocurriría durante el nacionalismo posrevolucionario. Entre su obra destacada se encuentra: La leyenda de los volcanes (1911), La Ofrenda (1913), Tehuana (1914) y El cofrade de san Miguel (1917). Entre 1914 y 1918 realizó numerosos bocetos para la composición Nuestros dioses, que no llegó a realizar debido a su prematura muerte en 1918.
Remedios Varo
(1908-1963) Remedios Varo fue una brillante exponente del Surrealismo. Llegó a México en 1941 como refugiada de la Segunda Guerra Mundial. En sus obras plasmó mundos mágicos en los que la fantasía se proyecta y anima. Entre sus obras más reconocidas se encuentran: El Flautista, 1955; Tres destinos, 1956; Vuelo mágico, 1956; Exploración de los recursos del río Orinoco, 1959; Mujer saliendo del psicoanalista, 1960; Mimetismo, 1960; Tránsito en espiral, 1960; y el Tríptico, 1960.
María Izquierdo
(1902-1955) María Izquierdo se consolidó no sólo como pintora, sino como una alternativa al furor nacionalista del muralismo. Pese a que sus temas versan en torno a la cultura popular, a diferencia de los pintores nacionalistas, que pretendían exaltar la mexicanidad, la poética pictórica de la artista explora el alma del México profundo, en atmosferas emparentadas con la pintura metafísica de Giorgio de Chirico. Entre sus obras destacadas se encuentran: El retrato de Belem, 1928; Naturaleza muerta 1932; Alegoría del trabajo 1936; Alegoría de la libertad 1937; El circo, 1939.