Foto de portada:
@arthurgpresleyTan grande que cuando la vio Hernán Cortés pensó que era una montaña.
Una de las grandes maravillas de haber nacido en México es que, aunque nos esforcemos, nunca vamos a ser capaces de conocer todo lo que este país tiene para ofrecer.
Se necesita más de una vida para explorar la mitad de los paisajes que hay aquí, para comer todos los platillos que recorren las regiones y para entender a profundidad nuestro pasado ancestral. Esa parte de la historia en la que convergieron en un mismo territorio distintas civilizaciones.
Hay tantas cosas que descubrir en esta nación, tantos espacios que explorar, que a veces algunos sitios pasan
inadvertidos y no somos capaces de percatarnos de su magnificencia. Un ejemplo claro de lo anterior está en Cholula, Puebla, se llama
Tlachihualtepetl y es el basamento
piramidal más grande del mundo.
Dicho monumento prehispánico cuenta con un volumen de más de 4.5 millones de metros cúbicos una extensión enrome, incluso si se compara con la pirámide de Giza en Egipto, que sólo tiene 2.5 millones de metros cúbicos. Esto quiere decir que, en Puebla a sólo unas horas de la capital mexicana,
está la mayor estructura hecha por el hombre en el planeta tierra.
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La historia de Tlachihualtepetl (montaña artificial)
se remonta al siglo III a.C. En esa época la pirámide
fue edificada por distintas generaciones de la cultura olmeca. De acuerdo a los arqueólogos esta gran construcción era usada como un
templo religioso en el que se hacían sacrificios humanos y demás rituales para rendirle pleitesía a diversas deidades.
Siglos después de su fundación, la pirámide fue el espacio espiritual de otras civilizaciones. En algún punto esta gran estructura fue la casa de los toltecas, y luego fue usada por los
mexicas, que por su vasta cosmología creían que el edificio
había sido erigido por un gigante que venía del planeta Venus.
Los aztecas consideraban a Tlachihualtepetl, un lugar de culto y así fue por más de 1000 años. Después,
misteriosamente lo abandonaron y
los ladrillos de adobe con los que estaba construido posibilitaron que la naturaleza se apropiara del espaico y de alguna manera mágica el basamento piramidal
quedara cubierto.
Este velo de plantas salvó a la pirámide de la masacre humana y arqueológica que se suscitó en Cholula cuando
en octubre de 1519 llegaron los españoles. Según crónicas, los ibéricos mataron a miles de familias, demolieron las casas y distintos templos mexicas, pero
cuando pasaron frente a la pirámide no la vieron. De hecho,
Hernán Cortés pensó que se trataba de una montaña.
Tlachihualtepetl se quedó oculta detrás de sus vegetales, de sus insectos, de los árboles que crecieron del adobe y entonces por mágico que suene un día de 1534 los conquistadores le construyeron en la cima la
Iglesia de Nuestra Señora de los Remedios. Una capilla de piedra hecha para que nuestros hombres ancestrales se volvieran católicos.
Sí,
México es maravilloso y la historia detrás la pirámide más grande del mundo es la prueba de ello.
Zona Arqueológica de Cholula
Dirección: Calle 14 Pte. S/N, San Miguel, Zona Arqueológica San Andrés Cholula, 72760 San Andrés Cholula, Pue.