La Ciudad de México en los años 20, feministas, sombreros, cigarreras y jazz.
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El 1 de diciembre de 1920 Álvaro Obregón se convirtió en el presidente de México. Ese primer día del último mes, su esposa y él se mudaron orgullosamente al Castillo de Chapultepec (en ese entonces casa de todos los primeros mandatarios del país). Mientras veía como bajaban sus maletas de un carro cuadrado, el “General invencible” –como lo conocían– no imaginaba todas las traiciones a cuestas con las que iba a terminar los veinte. Por aquellas épocas regresaba al país José Vasconcelos después de un exilio corto. Vino para dirigir la Universidad Nacional, para crear escuelas rurales y para que los estudiantes mexicanos aprendieran de literatura y filosofía universal. Más tarde, creó la SEP, y gracias a eso los maestros mexicanos empezaron a enseñar en las aulas a Platón y a difundir la lectura de la Divina Comedia. En 1920 el país tenía más 14 millones de habitantes. Los capitalinos pasaban sus días recorriendo las avenidas de la CDMX. Las mujeres empezaron a intervenir en ámbitos de la vida que antes estaban cerrados para ellas. Ahora leían libros de feminismo y amor, usaban faldas debajo de las rodillas y se cortaban el pelo. Las más revolucionarias usaban cigarreras, collares largos, se perfumaban y hablaban hasta de tener derecho de votar. Los hombres por su parte, usaban (los que tenían los recursos) sofisticados y aparatosos trajes europeos y sombreros hechos a la medida. Los más elegantes llevaban un bastón y un pañuelo blanco asomándose del bolsillo derecho de su saco. Algunos comenzaron a vestir pantalones cortos, con calcetines largos y calzado de charol, como estaba de moda en otras ciudades.Fuente: El Universal
Los jóvenes conservadores de los años 20 pasaban sus tardes en Chapultepec. Se paseaban por los jardines con cierto aire burgues. Las parejas católicas se sentaban en las bancas a hablar mientras sus familias organizaban días de campo y hablan con nostalgia de Don Porfirio. En tanto, los jóvenes intelectuales iban en las tardes a una librería en el Alameda; hablaban de filosofía, de literatura y de la Revolución Rusa. En las noches estos rebeldes, escuchaban Jazz en la Juárez, y cuando la madrugada llegaba bailaban Charleston. Los ricos se la pasaban en el Autódromo en la Condesa apostando. Los de menos recursos iban a las carpas a ver a los actores del momento mofarse de la vida política de México. Los más tímidos se la vivían en los cines –recién inaugurados–, iban a ver películas del cine mudo. Los padres de familia ponían hora de llegada a las “señoritas” y los más ancianos decían que todo se estaba pervirtiendo. Por sólo mencionar algunos eventos importantes que sucedieron en esta década, podríamos decir que en los 20 aterrizó en México el primer avión. En los 20, Manuel. M Ponce y Carlos Chávez refrendaron el nacionalismo con su música. En los 20 se seguía construyendo el Palacio de Bellas Artes. En los 20 la gente no tenía radio y se informaba por el Universal o por el Excélsior. Era común ver en las calles a los adolescentes vendiendo periódicos. Estos pubuertos, con gorra y barros, fueron los encargados de anunciarle a los mexicanos que Plutarco Elías Calles había llegado a la presidencia. Ellos gritaron frente al Ángel los pormenores de la Guerra Cristera y les anunciaron a los mexicanos: la crisis de 1929 y la llegada de Hittler. En resumen, algo pasó en los años vente que de pronto todo cambió. Poco a poco se fueron apagando las velas del XIX y una nueva vida se reflejaba en las ventanas de las casas de esta metrópoli. La prueba de ello está en las hermosas fotografías de nuestra ciudad que se tomaron en aquellos años. ¿Nos acompañan a recorrer los años 20?