Foto de portada: Universidad de Oriente
“No soporto estar en una ciudad más surrealista que mis pinturas”, decía Salvador Dalí refiriéndose a la Ciudad de México.
La palabra surrealismo, en el lenguaje cotidiano, se ha vuelto un calificativo que describe mejor lo absurdo; una ruptura o desentonación de la realidad palpable. En una ciudad como la nuestra, lo absurdo —a ojos del propio André Bretón que decidió llamar a nuestro territorio “el lugar surrealista por excelencia”—, podría traducirse en la dificultad de una nación en su camino hacía la “modernidad”. Dicho de otra forma, nuestra capital no ha podido desligarse de su pasado prehispánico (afortunadamente), que hoy en día desentona de las avanzadas tecnológicas, científicas y artísticas. Lo que es surrealista en la ciudad de México es por supuesto lo excéntrico, la excentricidad de mimetizar dos culturas involuntariamente, dos épocas a destiempo.
Hay algo de nuestro pasado que aún resuena con ciertos aforismos en nuestros sueños, y es esa realidad -hoy surrealidad-, que invita a renacer nuestras tradiciones mágicas, descritas como extrañas en otros sitios del globo. La gastronomía es uno de los microuniversos más fértiles con respecto al surrealismo que evoca nuestra ciudad, pues es dentro del arte culinario que proyectamos nuestro “automatismo psíquico puro” colectivo (un híbrido de sabores, aromas, creencias y beneficios medicinales).
La siguiente lista de lugares, describe algunos de los platillos prehispánicos más fascinantes que hoy persisten fieles a sus métodos de preparación endémicos.
Restaurante Bar Don Chon
Este restaurante es probablemente el más exótico de la ciudad de México. La mayor parte de su menú está fabricado con ingredientes mexicanos y un tanto infrecuentes hoy en día: insectos con mucha proteína y poca grasa, raíces y flores vitamínicas, hierbas medicinales y jugosas carnes con múltiples salsas y estilos de cocción caseros según el sabor del animal: jabalí, rana, serpiente, guajolote, pejelagarto, ratón de campo, ardilla, iguana, cocodrilo, tejón, castor, venado y en otras presentaciones no muy frecuentes: carne de armadillo o codorniz japonesa. Además de conocer la mayoría de sus recetas de memoria, don Chon idea nuevas mixturas de sabores a partir de aromas, texturas y beneficios medicinales. Las tortitas de huevos de mosco, por ejemplo, contienen vitamina b y los escamoles a la mantequilla con pétalos de crisantemo son ricos en proteína, además de que la esencia de la flor le da un toque suave y delicioso.
Dirección: Regina 160, col. Centro
Tel. 55 5542 0873.
La Cocinita de San Juan, comida prehispánica y exótica
Un ligero aroma a gusano de maguey se percibe desde que te asomas al local. Esta es la premisa de que, lo que estás a punto de probar, lo amarás u odiarás dependiendo de tu paladar. Al igual que con Don Chon, la cocinita ofrece un menú liderado por carnes extravagantes que van desde venado, búfalo y jabalí (lo más caro del menú) hasta cordero, ancas de rana, avestruz y cocodrilo. Lo interesante de este lugar es que puedes probar platillos elaborados como arracheras y mixiotes, o para no arriesgarlo todo puedes pedir una hamburguesa (que oscilan entre los $60 y $90 pesos) con alguna de las carnes ya mencionadas. También venden tacos (los más pedidos, los de escamoles y chinicuil) y una lista de sopas y cremas tan tradicionales como deliciosas.
Dirección: Ernesto Pugibet 21, col. Centro
Tel. 5512 5337
Restaurante Bar El Mesón del Molinero
La especialidad de la casa al igual que los dos restaurantes anteriores son las carnes exóticas, salvo que, además de sus grandiosos asados con ternera, jabalí o venado, aquí también ofrecen caracoles en un adobado espectacular. Además de fungir como una especie de cantina coloquial mexicana (por cierto familiar), El Mesón del Molinero ofrece un menú de mariscos que va desde brochetas de camarones y pulpo -al ajillo o los tres chiles-, hasta los tradicionales cocteles y caldo de camarón. Si deseas probar varias de las carnes exóticas que tiene su menú puedes hacerlo, ya que sirven una especie de platillo mixto con cocodrilo, jabalí y búfalo.
Dirección: Calzada de Guadalupe 50, Ex Hipódromo de Peralvillo
Tel. 55 5772 1248
Terra Comedor
Si aún no estás listo para emociones fuertes como las de don Chon, en el rústico Terra Comedor se fusiona lo prehispánico con lo contemporáneo. Aquí puedes encontrar platillos gourmet elaborados con ingredientes prehispánicos: gusanos de maguey, flores, escamoles y chapulines, además de una lista indispensable de deliciosos moles. Puedes probar chapulines con queso fundido, gorditas de escamoles, carnitas de pato con salsa, o si prefieres un platillo más soft, encuentras delicias como la sopa azteca y el pollo con mole relleno de queso de cabra. En su carta de coctelería puedes encontrar mixes de martinis con mezcal y fruta y sus famosos “mezcalinis” que no puedes irte sin probar.
Dirección: Alfonso Reyes 139, col. Hipódromo Condesa
Tel. 6830 0021
Bósforo
A pesar de que Bósforo no es un restaurante sino una mezcalería, aquí se sirven deliciosos aperitivos de la cocina prehispánica: tacos de gusano de maguey (vivos), guacamole con chapulines o sus quesadillas de escamoles con tortilla de maíz azul y una salsa de chapulín realmente deliciosa. Dentro de su menú estrella, el de mezcal, puedes encontrar 40 tipos de ellos: añejos, reposados, blancos y en general, todos los que no pueden faltar en cualquier mezclaría. Lo interesante de este lugar es que a pesar de su menú prehispánico, puedes encontrar música contemporánea: un poco de jazz, instrumental de la india, al unas veces sixties y hasta deliberadas veces punk. Es un sitio para cualquier edad, además de que su estilo, un tanto clandestino detrás de los edificios más viejos del centro le da un toque seductor para todos los bohemios de la capital.
Dirección: Luis Moya 31 (esq. con Independencia), col. Centro
Tel. 5512 1991
No está de más aclarar que muchas de las carnes que en estos lugares se sirven no pertenecen a épocas prehispánicas, como por ejemplo el avestruz, el canguro o el cocodrilo, que no son animales endémicos del territorio mexicano. Para más información sobre los alucinantes alimentos que se consumían antiguamente en el Valle de México, te invitamos a leer Historia verdadera de la conquista de la Nueva España, del cronista más destacado de la Conquista, Bernal Díaz del Castillo.
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