Descubrir la tumba de Ahuíztol replantea muchas cosas del mundo nahua.
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Ahuítzotl proviene del náhuatl que significa Espinas de Río; su nombre y el símbolo que le distingue en los códices provienen de la criatura homónima, el huey tlatoani que llevó a los mexicas a dominar el centro y sur de los actuales territorios de México. Los guerreros mexicas eran acicateados por la figura de su tlatoani, un gobernante guerrero que no dudaba en ir al frente de las batallas. Ahuízotl también un fuerte líder religioso, un buen diplomático y hasta un reputado economista. Fue el conquistador por excelencia. Ordenó la construcción de un acueducto para llevar agua de Coyoacán a Tenochtitlán, el cual se rompió y provocó una inundación en la que accidentalmente murió. En el 2006, un equipo de arqueólogos mexicanos encontraron el monolito de Tlaltecuhtli, el cual podría ser considerado la lápida mortuoria de la tumba de Ahuízotl. Ubicado en un predio entre las calles de Argentina y Guatemala, a un lado del Templo Mayor, en el Centro Histórico de la Ciudad de México. Los trabajos de excavación continúan en proceso en el gigantesco monolito con la imagen de Tlaltecuhtli, y la fecha diez conejo, además de la ubicación lo que motiva especulaciones en el sentido de que se trata de la tumba del último gobernante azteca en ser enterrado de acuerdo a los rituales tradicionales antes de la llegada de los conquistadores españoles. En esa zona un equipo interdisciplinario de expertos explora día a día el área ritual que se extiende a los pies de la pirámide más importante de Tenochtitlan, que han pretendido exhumar la que se cree es la tumba de Ahuíztol, emperador mexica que gobernó de 1486 a 1502 en Tenochtitlan. Se trataba de un monolito de 4.17 x 3.62 metros, un espesor de 40 centímetros y un peso de 12 toneladas que era la representación de Tlaltecuhtli, deidad de la tierra y símbolo del sacrificio y la renovación. En un video publicado por el INAH, Leonardo López Luján (arqueólogo mexicano, encargado de las excavaciones del Templo Mayor), comenta: “nosotros ahora estamos dándonos a la tarea precisamente de exhumar la mitad norte con toda la arquitectura, la escultura y las ofrendas que están asociadas”. Raúl Martín Arana, arqueólogo del Instituto Nacional de Arqueología e Historia, comentó que “los cronistas cuentan que hubo una gran ceremonia tras la muerte de Ahuizotl, y que sus restos quedaron depositados, junto con muchas ofrendas, frente al Templo Mayor”. La excavación ha procedido con lentitud debido a que el nivel freático es muy alto en ese punto. Es una labor minuciosa pues se cree que muchos objetos minúsculos son ofrendas, y por tanto deben manipularse y documentarse con cuidado. Sería el primer vistazo a una tumba real en todo el centro de México. Hay muchas cuestiones que no hemos entendido del todo, como la religión y el simbolismo de los aztecas. Los hallazgos arqueológicos son la única manera de explorar esta historia de tremenda riqueza. En las excavaciones recientes de este año en el Museo del Templo Mayor, se han encontrado ofrendas con el culto del dios patrono de los mexicas (Huitzilopochtli) con esta divinidad solar y de la guerra. Además de restos óseos humanos y ofrendas, que tienen mayoritariamente objetos de oro, pedernal, conchas y caracoles; así como una gran cantidad de materiales asociados a este culto. Estos hallazgos se suman al un jaguar adornado y vestido como un guerrero, así como los restos del esqueleto de un niño, vestido igualmente a imagen de Huitzilopochtli y enterrado junto a varios cuchillos de pedernal, decorados con perlas y piedras preciosas. Descubrimiento que podría ser los pasos para llegar a la tumba de un emperador azteca de la dinastía Ahuízotl. Sin embargo, todos seguimos a la expectativa de lo que resulte para comprender más del mundo nahua, y de los descubrimientos que hagan los Arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), en particular de la búsqueda de la tumba de Ahuizotl, octavo gobernante de la antigua Tenochtitlan.