Copilco fue una aldea prehispánica que data del periodo Preclásico.
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Durante las primeras décadas del siglo XX, se llevaron a cabo diferentes trabajos en la zona que constituye el sur de la Ciudad de México, especialmente en la delegación de Coyoacán. Franz Boas, entonces director de la Escuela Internacional de Arqueología y Etnología Americana, propuso a Manuel Gamio establecer la cronología del Valle de México, formado por la erupción del Xitle. Fue así como se realizaron recorridos en las canteras de San Ángel, Coyoacán y Tizapán, pues se habían encontrado huesos y otras figuras de cerámica que databan de la época prehispánica. El sitio elegido fue Copilco, cuyas canteras pertenecían a José Miguel Gleason, quien autorizó la excavación con ciertos términos. Las exploraciones comenzaron el 11 de agosto de 1917, duraron un año y fueron dirigidas por Gabriel Gamio, hermano de Miguel. Se trató de una excavación de cuatro túneles, que se encontraban cavados bajo la lava. La altura de estos túneles era como de 1.75 metros, y el ancho de 2.5. Con estos trabajos se descubrieron tres capas de tierra: una roja tipo ladrillo, otra negra tipo carbonizada, y otra de consistencia tepetatosa. Las formaciones estaban rellenas de arena, y tenían un diámetro de 1.60 metros. Entre los descubrimientos más importantes están los entierros de niños y adultos. Durante los trabajos se hallaron diferentes objetos: figuras de cerámica, navajas, núcleos de obsidiana, silbatos, molcajetes, metates, esculturas y manos de piedra. Lo más interesante es que los estudios realizados establecieron que los hallazgos bajo la lava pertenecían al llamado Arcaico, o a la cultura que se conoce como Sub-Pedregalense. Por otro lado, se encontró una estructura compuesta por tres hileras que simulaban una escalera. Se cree que esto era un altar. Desde 1918, Copilco fue habilitado como un museo. Y durante los años 50 y 60, se convirtió en una ruta de suma relevancia al sur de la Ciudad de México, junto con Cuicuilco y Ciudad Universitaria. En este sitio se contaban los procesos geológicos de la zona, se exhibían los enterramientos y se presentaban materiales sobre el Preclásico. Lamentablemente, el museo dejó de funcionar en la década de los 70. Sin embargo, Copilco es y será uno de los sitios más fascinantes de la historia del Valle de México. Fuente: Arqueología mexicana.