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Jóvenes zapotecas se dedican a crear una industria sostenible exportando polvo de tepezcohuite oaxaqueño.
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La mimosa tenuiflora, comúnmente llamada “Tepezcohuite”, es un arbusto que se encuentra en bosques y matorrales espinosos. Se puede encontrar desde el sur de México, pasando por Honduras, El Salvador, Panamá, Colombia, Venezuela hasta Brasil, donde las comunidades indígenas elaboran una bebida a base de mimosa conocida como jurema, cuyos efectos son considerados mágicos.
En México, el tepezcohuite se encuentra en Chiapas en alturas comprendidas entre los 800 y los 1000 m s.n.m. Al extracto de la raíz se le atribuyen propiedades como el fortalecimiento del cuero cabelludo y el rejuvenecimiento de la piel, aliviar granos y heridas, e incluso la corteza del tronco se ha detectado actividad antibiótica y estimulante de músculo.
El Tepexcohuite que se produce en Oaxaca ha colocado al Estado como productor y principal exportador de este producto a países como Estados Unidos, Canadá y Países Bajos. Existen dos empresas dedicadas a este producto, quienes desde hace cinco años se especializan en comercializar polvo de tepezcohuite.
Desde hace muchos siglos, Oaxaca cultiva sus campos para la producción del polvo de tepezcohuite o Guichi Buu (árbol del carbón) ya que abunda en los campos de Unión Hidalgo. La intención de estos nuevos productores es la de recuperar a su árbol y aprovechar esta planta que tiene un uso medicinal importante y es regenerador natural de la piel.
El tepezcohuite es un ingrediente ancestral que tiene muchos beneficios y también se le conoce como árbol de la piel. Su corteza tiene propiedades antimicrobianas, analgésicas y regenerativas para lucir una piel perfecta. En diversos estudios se ha encontrado que el tepezcohuite resulta efectivo en pacientes con quemaduras de segundo y tercer grado.
El tepezcohuite ayuda a eliminar los factores infecciosos que pueden causar acné y sin dejar marcas. Este producto, tiene la ventaja de que se puede utilizar como limpiador facial, remueve el maquillaje y las impurezas de una manera amable, es libre de alcohol y sulfatos para permitirle a la piel respirar.
En Oaxaca, la gente solía tirar el árbol de Tepezcohuite porque creía que sólo se usaba para carbón. Pero hoy en día, hay muchas personas dedicadas a su recolección, recorren llanuras y palmares, apoyados de campesinos de la zona para la colecta la corteza sin afectar al árbol. Después de recoger las plantas, se extrae la corteza, se pone a secar y se mete a un molino pequeño hasta que queda hecho polvo.
La venta de tepezcohuite oaxaqueño para muchas partes del mundo, tiene la intención de hacer una producción sustentable sin afectar al medio ambiente. La meta de estos empresarios es fundar una fábrica-taller donde más gente lo produzca de forma comunitaria y se comercialice a través de la elaboración de jabones, champús y gel.
Se espera que en los próximos años, esta zona del Istmo de Tehuantepec sea uno de los mayores proveedores de tepezcohuite a nivel mundial. Y con ello, sea posible reforestar el área, cuidar del árbol y promover la idea de sostenibilidad entre los campesinos y jóvenes de la región.