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En Chimalhuacán existe una increíble producción artesanal que se basa en los olivos.
El precioso Mediterráneo es el hogar histórico del olivo, y se cree que la planta se originó en Grecia donde desempeñó un papel fundamental en la cultura, las artes, el comercio, la tecnología y la economía. Además, abundan muchos mitos y leyendas que romantizan los poderes del llamado “oro líquido” como lo llamaba Homero en la Ilíada.
El olivo también es un símbolo de paz, el árbol que produce aceitunas y los antiguos griegos inventaron el aderezo para ensaladas que se componía de aceite de oliva virgen extra, vinagre, sal marina y miel.
Historia del Aceite de Olivo
Después de que Cristóbal Colón llegara en 1492, españoles, portugueses, británicos, franceses y holandeses colonizaron territorios y poblaciones de América trayendo el aceite de oliva. Las primeras producciones de aceite de oliva se ensayaron en los territorios en la Nueva España siendo jesuitas los primeros cultivadores; propagándose desde California hasta el sur de Chile durante casi cien años.
En 1531 Fray Martín de Valencia estableció plantaciones en la zona de Tulyehualco, cerca de la actual Cuidad de México. Posteriormente se establecieron plantaciones en Texcoco, Chalco y más tarde en Jalisco, Baja California y Sonora en el siglo XVII, y más recientemente en Hidalgo (Valle del Mezquital) y Tamaulipas.
La época colonial trajo una industria de procesamiento de la aceituna y extracción del aceite, siendo productos muy codiciados entre los españoles. La proliferación de este cultivo fue tal en la Nueva España que la competencia de la producción española se vio comprometida y Carlos III expidió la Cédula Real del 17 de enero de 1774, en la que ordenaba a todos los virreyes no plantar viñedos, ni olivos en México. No conforme con esto, en 1777 expidió una nueva cédula ordenando la destrucción de todos los olivos existentes en Nueva España.
A pesar de eso, hoy en día todavía existen árboles que datan de los siglos XVI al XVII, aunque esta destrucción influyó en el estancamiento del cultivo del olivo en la Nueva España y en consecuencia en el México actual. Fue hasta 1975 que el gobierno mexicano retomó el impulso del cultivo extensivo del olivo.
Hoy en día, es posible disfrutar de productos mexicanos de olivo de excelente calidad. Guillermo Barragán, “Don Aceituno”, y mucha familias más de Chimalhuacán cultivan olivos que se encuentran dispersos entre casas y predios del Estado de México, entre el paisaje urbano al oriente de la Ciudad de México. Entre casas de tabiques y bloques de cemento, los frondosos olivos sostienen una producción artesanal de aceituna y sus derivados.
Resulta que las propiedades del suelo de Chimalhuacán son muy bondadosas para la producción del fruto; según el doctor Enrique Buendía, investigador del área forestal del campo experimental Valle de México del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales Agrícolas y Pecuarias (INIFAP).
Chimalhuacán tiene dos tipos de suelos; uno se llama feozem, rico en materia orgánica y diversos nutrientes que puede ser utilizado para el aprovechamiento forestal y la agricultura. El otro, solonchak, por su alto contenido de sales, no es apto para ningún tipo de producción y justamente es donde se construyeron las casas.
En Chimalhuacán se cultivan cerca de 30 toneladas anuales; una cifra baja comparada con las 25 mil 330 toneladas de los estados de Sonora, Baja California, Tamaulipas, Hidalgo y Zacatecas; pero bastante significativa.
De hecho, buena parte de los árboles de olivo más antiguos de América tienen unos 500 años, troncos de cinco o seis metros de diámetro, y se encuentran en el atrio de la iglesia de Huexotla en Texcoco, cerca de Chimalhuacán, Los árboles más longevos de Chimalhuacán son de la época de la colonia, y hay ejemplares que tienen alrededor de 350 años.
En Chimalhuacán se imparten técnicas para recopilar datos que ayuden a saber la edad y las especies de olivo que viven en esta área del Estado de México. Además de aceites se produce aceituna gordal, manzanilla, picual y arbequina. El manijero (nombre que recibe la persona que produce aceitunas) sostiene que sus cultivos están libres de plagas y no usa ningún pesticida.
Hoy en día el olivo, las aceitunas y el aceite se utiliza de muchas formas como en la cocina, la belleza y la salud, podemos encontrar el aceite de oliva en el centro de todas las grandes aplicaciones. Además, estos productos son una opción para mostrar la cara gastronómica y cultural de Chimalhuacán.