Foto destacada: Guillermo Guerrero
Leyendas, incertidumbres y verdades a medias rodean el Castillo de los Duendes.
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Etla es una ciudad Oaxaca que en náhuatl puede traducirse como “Lugar donde abundan los frijoles”, y en lengua zapoteca se conoce como Loohvana; lugar de mantenimiento haciendo referencia a la fertilidad y riqueza que ofrecía esta región a los antepasados oaxaqueños.
Esta ciudad tiene una zona arqueológica aún no explorada y el exconvento de San Pedro y San Pablo que pertenece a la orden de los dominicos y fue construido a fines del siglo XVI junto con un acueducto colonial.
Una gran característica de este sitio es la celebración a san Pedro y a San Pablo en donde las mujeres hacen recorridos como chinas Oaxaqueñas, y una vestimenta que consiste en faldas largas de colores muy vivos como el rojo, amarillo y el verde y cargando sobre sus cabezas canastas con flores que llegan a pesar hasta 4 kilos. Las mujeres acompañadas de la banda realizan un paseo desde el templo hacia las calles principales de la población y de vuelta al templo.
La Guelaguetza de Etla también forma parte de los cultos populares a la Virgen del Carmen. Pero aquí se conoce como la Guelaguetza es el de Los lunes del Cerro, puesto que el corazón de la festividad es el cerro del Fortín, que domina el centro de la ciudad de Oaxaca.
La ciudad con el Castillo de los Duendes
Esta ciudad tiene mucho colorido y varias festividades peculiares, además de un Castillo de duendes. Es un terreno donde está una fortaleza que anteriormente se encontraba una casa habilitada como caja de ahorros. Este terreno es propiedad de Miguel Pérez pero la leyenda dice que fue levantado por Duendes: esas pequeñas criaturas con poderes sobrenaturales.
Existen muy poca certeza de quién construyó este castillo y menos de la razón. Existen mitos y leyendas de la gente nadie sobre esta construcción inconclusa. Es posible que el dueño se haya quedado sin dinero o sin duendes, porque el proyecto ha sido abandonado.
En el interior del castillo hay figuras hechas de cemento con figuras de unicornios, duendes, hadas con diferentes encomiendas, guacamayas, corceles, venados, elefantes, lobos, cerditos, así como mariposas, perros, pajaritos, baúles con figuras de monedas, ángeles e incontables árboles, acompañados de flores.
Desde afuera es posible ver la inspiración de Disneyland, ya que es muy similar a las torres medievales de las princesas de los cuentos de hadas. Los balcones y paredes decoradas como si fueran de la realeza, además de mucho colorido.
Algunas personas piensan que el sitio está maldito, ya que provoca temor y molestia no tener certeza del lugar. Pero la leyenda generalizada, afirma que hace tiempo el dueño de este lugar se encontró con duendes quienes le ofrecieron ollas llenas de monedas de oro a cambio de que le construyeran un castillo donde pudieran vivir cómodamente.
El dueño aceptó el intercambio con los duendes, y comenzó la edificación de este lugar pero los duendes, siempre insatisfechos, le impiden finalizar con su construcción. Hay quien afirma que solo es posible trabajar de noche en la construcción del castillo, pero que al siguiente día, los duendes traviesos destruyen el avance del trabajo debido a que no están a gusto con la edificación.
Hay, por supuesto, quien afirma haber visto siluetas de los duendes paseando por las cercanías del castillo o asomándose por las pequeñas torres y ventanas de la edificación. Algunos intrépidos se han aventurado a buscar el oro dentro de la casa, pero afirman que los duendes les han impedido el acceso.
Otra versión de la leyenda afirma que el dueño tuvo una epifanía, y comenzó a construir este lugar fantástico donde hadas y duendes pudieran convivir en paz. Todavía no se conocen los verdaderos móviles de este sitio lleno de color y fantasía, donde numerosas hadas y duendes podrán mirarte, rodeados de flores y monedas de oro durante tu estancia en el lugar.
Miguel Pérez, oriundo de Teococuilco en la Sierra Juarez, es el creador de este sitio. Después de un viaje por la montaña se quedó parado en su carro cuando de pronto escuchó un gallo quien lo condujo hacia un sitio en donde aguardaba un rey… Cada habitación fue diseñada para despertar la imaginación prevalece más que cualquier otro sentimiento.
Castillo de los Duendes
Dónde: Valle de Etla a 15 km del centro de Etla.
Cuando: 24 hrs solo si te atreves.
Cuánto: incierto.