Las fotografías abren la puerta del pasado.
Hay un refrán que transita por el español que asegura que una imagen habla más que mil palabras, y aunque muchos podrían estar en desacuerdo, las cuantiosas fotografías que retrataron los pormenores del siglo XX comprueban de alguna manera que este dicho popular tiene razón. Las fotos tienen el poder de trasladarnos al pasado. De hacernos testigos de un mundo que ya no existe, de un tiempo en el que se estaban gestando los momentos más definitivos de nuestra historia. Y es que aunque todo cambia, y los segundos atraviesan con cierta rapidez el reloj, lo único que permanece son las imágenes de lo que fuimos. Prueba de ello son las cuantiosas postales del pasado de la Ciudad de México. Estampas capturadas desde 1840 (año en el que se tomó el primer daguerrotipo) hasta nuestros días, que nos enseñan de una forma sutil la forma en la que ha transcurrido la historia en esta urbe. Miles de instantes de esta metrópoli han pasado por una cámara. La vida cotidiana durante el porfiriato, el día en el que Zapata y Villa irrumpieron en la Ciudad de México, la madrugada se que cayó el ángel, la noche en la que se inauguró Bellas Artes y hasta aquella visita de Borges a nuestro país, que según sus biógrafos, lo hizo saber que ya había escrito todo lo que tenía que escribir. En honor a lo anterior, y gracias a una iniciativa en redes llamada México Contemporáneo hemos seleccionado algunas fotografías sorprendentes en las que se pueden apreciar momentos decisivos en la larga e intrincada cronología de la CDMX. Este es un viaje en blanco y negro por nuestra esencia.Esta fue una de las primeras fotografías que se tomó en la Ciudad de México. El años era 1840 y el autor, un francés que había traído al país una tecnología que solo unos años más tarde transformaría al mundo.
En 1971 un hombre se tiró de la Torre Latinoamericana y cayó al noveno piso. Fue el segundo suicidio que ocurrió en el emblemático edificio en menos de 20 años.
En 1973 el gran Borges visitó nuestro país. Según los que lo acompañaros, recorrió Teotihuacán con cierta melancolía por el pasado.
Tras la matanza del 2 de octubre en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco, un silencio muy grande recorrió la Ciudad de México. Esta es una de las fotografías que apareció en la portada de uno de los diarios de circulación al día siguiente.
En julio de 1957 un terremoto sacudió las entrañas de la Ciudad de México. Además de los heridos y el susto de la población, el Ángel de la Independencia se desprendió de su columna y se cayó. Al día siguiente había personas cargando sus partes.
En 1950 una épica tormenta cayó sobre la Ciudad de México. Las principales arterias de la urbe se inundaron y la gente las recorría en barcos.
En 1969 The Doors, visitó la Ciudad de México. Además de ofrecer recitales, los músicos visitaron algunos de los espacios turísticos más relevantes de nuestro país.
En los años 20, un suceso llamó la atención de los capitalinos. Babe White “el hombre mosca” visitó la Ciudad de México. Ante miles de personas expectantes del Zócalo, el acróbata se había puesto de objetivo escalar la Catedral Metropolitana.
El Palacio de Bellas Artes comenzó a construirse en 1904. El proyecto estuvo a cargo del italiano Adamo Boari. Su proyecto fue tan ambicioso que se edificación tardó tres décadas.
Era el año 1911, y en medio de toda la turbulencia política que había en México, el legendario piloto Roland Garros visitó la Ciudad de México e hizo algunas pruebas con su avioneta encima del Zócalo.
El 15 de abril de 1957 Pedro Infante murió en un aparatoso accidente aéreo. Miles de personas inundaron las calles de la capital para mostrar la profunda tristeza que les daba el fallecimiento de su ídolo.
El 6 de diciembre de 1914 Emiliano Zapata y Francisco Villa tomaron la capital mexicana. Este momento fue decisivo para definir el futuro de la Revolución.
En 1967 nevó por primera vez en la Ciudad de México. Una fina capa blanca cubrió Reforma, el Centro y Chapultepec. Fue la primera vez que muchos atestiguaron este fenómeno.