El moderno aerobús que pudo ser en Ciudad Satélite

El 6 de septiembre de 1975, un periódico de la zona de Satélite llamado Radar, publicó en su portada la noticia sobre la construcción del aerobús que pudo ser en Ciudad Satélite.

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A Ciudad Satélite se le conoce muchas veces simplemente como Satélite, y surgió en la década de los 50’s con la idea de ser un fraccionamiento residencial, tipo suburbio estadounidense de clase media-alta de la Zona Metropolitana. Para quien no se ubica, se encuentra localizado en Naucalpan, en el Estado de México.

En los años 60, surgió un proyecto de transporte público totalmente futurista, pues se trataba de tecnologia que no se veía ni en la Ciudad de México. El espectacular proyecto de un aerobús se planteó como un transporte alterno, similar al monorriel. Este vehículo con trenes de dos vagones fue presentado al mundo en la Feria Mundial de Nueva York en 1963,  prometiendo viajes cómodos, silenciosos y con aire acondicionado, además de  transportar a más de 50,000 usuarios al día.

aerobus cd satelite

El rumor del aerobús surgió luego de una supuesta visita que hizo en ese entonces el presidente municipal de Naucalpan, Juan Monroy Pérez, a la ciudad de Mannheim, en Alemania, para comprar tecnología con un costo aproximado de 187 millones de pesos. En la ciudad de Mannheim hubo un monorriel de forma temporal de uso turístico. La empresa encargada del aerobús tenía en esa época ya otros tres monorrieles en diferente países: los de Swarikon y Dietlikon en Suiza y Ste. Anne en Canadá, por lo que se buscaba una segunda alternativa en Norteamérica, y México era más que el lugar perfecto.

boceto-monorriel

El aerobús perfilaba como un genial proyecto para demostrar que Ciudad Satélite estaba a la vanguardia, y al mismo tiempo lanzar a este sector como un un ejemplo de modernidad alejada del bullicio de la capital. Finalmente decidió no llevarse a cabo. Se dice que hubo varios impedimentos para instalar el aerobús en Satélite, entre ellos la seguridad y el alto costo del mantenimiento a los trenes. Así que este ambicioso proyecto pasó al libro de las ideas estelares mexicanas que han sido olvidadas. O bien recordadas como destellos fugaces de un futurismo a la mexicana que ya se hacía vistoso desde su cine de ciencia ficción.


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