Un castillo en medio de la ciudad: El Antiguo Banco de Londres y México

Su novedosa bóveda subterránea fue toda una revolución en su momento.

 

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En la primavera de 1864 fue inaugurado el Banco de Londres, México y Suramérica en la esquina de las calles Capuchinas y Lerdo, hoy entrada por el número 3 de la Calle Capuchinas, hoy Venustiano Carranza, del Centro Histórico de la Ciudad de México.

Ese mismo año, no solo llegó el emperador Maximiliano de Habsburgo, también habían llegado los ingleses a fundar la banca en nuestro país para también, autorizados por el Tribunal de Comercio, comenzar a distribuir los billetes, que hasta ese momento no eran conocidos en el país.

 

 

Según diferentes fuentes bibliográficas, en el año de 1864 da inicio formalmente la historia de la banca en México, y es justamente en este año cuando en nuestro país se inaugura la primer sucursal del Banco de Londres, México y Sudamérica.

Eduardo Turrent en su documento Historia Sintética de la Banca en México, nos habla de la idea de intermediación bancaria como el proceso por el cual una empresa o varias se especializan en captar depósitos del público para proceder a prestarlos. Según su investigación, hasta antes de 1864 no existía en nuestro país banca porque no existía intermediación bancaria, aunque sí se realizaban operaciones de crédito  gracias a la intermediación de órdenes religiosas y consulados de comerciantes. (Fuente Forbes México)

 

Foto: Forbes México

 

Históricamente, el capital inglés es determinante para rastrear y entender los orígenes de la banca tal y como la conocemos hoy en día, no sólamente en México, sino en todo el mundo. en el caso de nuestro país, fueron justamente los británicos quienes establecieron el primer banco en territorio mexicano.

 

 

Para 1884, la sucursal del banco en Perú dejó de existir, así que cambió su nombre a Banco de Londres y México, Sociedad Anónima, porque sus accionistas en su gran mayoría eran mexicanos y dejó de tener vínculos con la casa matriz con sede en Londres. La aceptación de los billetes, que eran mucho más cómodos de llevar que las pesadas monedas, llevó al banco a un éxito que le obligaría a construir un edificio más grande.

Fue así como el predio de la esquina que forman las calles 16 de septiembre y Bolívar, fueron adquiridas por el banco, y el concurso para la construcción de la nueva sede sería lanzado con el reto de construir una bóveda subterránea en el subsuelo blando y fangoso del centro de la ciudad.

 

 

Ya por esos días los arquitectos e ingenieros estaban ocupados en encontrar nuevos materiales y técnicas para preservar los edificios que se estaban hundiendo, levantar una obra ya suponía evitar estas complicaciones junto con las nuevas necesidades funcionales y de espacio que exigía la entrada del nuevo siglo.

Materiales nuevos y viejos, nuevos sistemas de construcción, la disponibilidad de nuevos materiales, los conflictos entre la estética antigua y la nueva para la arquitectura fueron considerados a la hora de designar al ganar del concurso, el arquitecto Miguel Ángel de Quevedo, el famoso “apóstol de los árboles”, fue quien entregó el proyecto que lograba superar el desafió técnico de las bóvedas.

 

 

El hormigón armado o Compressol System fue la clave para lograr el cometido principal de la construcción, las bóvedas subterráneas de mucha usanza en los bancos europeos. En 1912 arrancó la obra que constantemente era cesada para sustraer la gran cantidad de agua del subsuelo, el edificio de aspecto ecléctico fuer terminado el 3 de febrero de 1913 a unos días de la Decena Trágica.

El banco arrancó operaciones también con el resguardo de valores en sus bóvedas, joyas, dinero y otros valores de los clientes del banco inauguraron con éxito el bando que tuvo que crecer también hacia arriba.

 

 

Miguel Ángel de Quevedo tuvo mucha fama en sus días por sus grandes obras como ingeniero y arquitecto, además de para construir y modernizar fábricas, estaciones y vías de ferrocarril, edificios, conjuntos habitacionales, casas y teatros como la iglesia del Buen Tono en Bucareli, se destacó por reverdecer a la CDMX por, entre muchas acciones, donar el rancho Panzacola que hoy conocemos como los Viveros de Coyoacán.

 

 

Antiguo Banco de Londres y México

Dónde: 16 de septiembre y Bolívar, Centro Histórico.

Cuando: lunes a sábado de 09:00 a 18:00

Entrada libre

Foto destacada México Lindo