Foto destacada: EFE/Lorenzo Hernández
El henequén élite puede formar parte de las fibras textiles naturales que reducen la contamición.
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El henequén es semejante a una planta de agave que crece en Yucatán, sobre todo. Era un cultivado por mayas de la península y utilizaban las hojas de la planta para crear una fibra que más tarde usaban para hacer cuerdas o cordeles. Cuando llegaron los españoles, cambiaron el nombre de la fibra a “agave sisal”, mecanizaron el proceso de producción y comenzaron a exportar el agave sisal a otras partes del mundo.
El sisal de agave fue una importante exportación de la región desde finales de 1800, pero nunca a gran escala debido a la falta de maquinaria trituradora. La invención de las máquinas trituradoras a fines del siglo XIX revolucionó el procesamiento del henequén y generó un auge de prosperidad en la región que rodea a Mérida.
Como resultado de las fortunas hechas con el procesamiento y la exportación del henequén a finales del siglo XIX y XX, las haciendas de Yucatán se convirtieron en un símbolo de riqueza y cultura en la región y el agave sisal fue apodado como “oro verde”. También fue por esta época que los dueños de las plantaciones comenzaron a construir casas y mansiones extravagantes a lo largo de la calle Paseo de Montejo en Mérida.
En pleno siglo XXI, investigadores y científicos del sureste mexicano le han dado un giro al agave del que se obtienen fibras para la industria textil, y la misma especie que cultivaron los mayas y luego los españoles, se llama henequén élite: con mejoramiento genético in vitro para rescatar el llamado “oro verde”.
“Nuestra misión es impulsar el cultivo del henequén en el estado (yucateco) por su calidad indiscutible, pero de la mano con productores”, dijo el director de Gestión Tecnológica del Centro de Investigaciones Científicas de Yucatán (CICY), Francisco Javier García Villalobos.
Con el henequén élite se rescatarán también las desfibradoras que aún hay en Yucatán, “porque crearán más fibra para los empresarios que empezaron a comprar en Brasil” cuando el estado dejó de producirlas.
Esta alteración del eénequén se llevó a cabo debido a que el mercado textil demanda mucho y es una de las industrias más contaminantes del mundo, pero como cada día el mercado demanda productos elaborados con materias primas naturales, para no representar un problema de contaminación al planeta, este textil brinda muchas ventajas.
Además, con el henequén élite es posible hacer sogas y costales, pero también es úti para el diseño y creación de tapetes, alfombras, artesanías, accesorios para el vestido y hasta una bebida alcohólica.
Así es, se trata de impulsar el tequila producido a base de henequén, que antaño tuvo mucha demanda, igual que la fibra en las cordelerías. Desde 2017 se han distribuido más de 700,000 plantas élite a 100 productores de diversos municipios yucatecos. Cada día se cultiva más hénequen y esta adaptación da lugar a que las plantas tengan más hojas, más resistentes y robustas, con buen desempeño en campo y tolerantes a plagas y enfermedades.
Las plantas con procesos de mejoramiento genético se pueden multiplicar in vitro en laboratorios, estas plantas in vitro son sometidas a un ritmo de crecimiento, cuyo estímulo aún se conserva en el campo, logrando que crezcan en tres años para que se aproveche más la plantación.
En promedio, una planta de henequén tarda de cinco a seis años en comenzar a dar hojas útiles para la extracción de fibra, pero con este proceso ha sido posible reducir el tiempo a la mitad, con plantas que crecen más rápido, son más largas.
Hoy en día, Bernardino Martin Chan es el presidente de la asociación de agricultores de Yucatán y gerente de una planta donde se procesa el henequén, pero se trata de llevar el henequén a diversas partes del mundo para que Yucatán pueda retomar el el esplendor de antaño.