Foto destacada: Cultural CDMX
El mural Los Danzantes, de Carlos Mérida es una obra poco reconocida de este gran artista.
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Orozco, Rivera y Siqueiros son los nombres recurrentes cuando se habla de Muralismo en el país; pero Carlos Mérida (1891-1984) es una figura vanguardista en cuanto a la integración plástica entre la arquitectura, la escultura y la pintura en los murales. Además, poco valorada en el pasado plástico del país.
Este guatemalteco tenía un gran talento y sus estaban, para muchos, bastante avanzadas a su tiempo. Fue una figura apreciada por Picasso, Klee y Kandinsky, además de ser el primero en plantear lo impensable, que la herencia prehispánica y la abstracción podían integrarse en un lenguaje pictórico moderno.
La Carrera de Carlos Mérida fue extensa, aunque a lo largo de los años, obtuvo poco reconocimiento. La razón es que Mérida conservo la nacionalidad guatemalteca, y siempre fue percibido como un extranjero hablando de temas mexicanos. Además, de que su filiación política no fue comunista, siendo un marginado de encargos políticos, a diferencia de los tres muralistas mexicanos más destacados.
La otra razón fue que los sismos, las negligencias políticas y las construcciones deficientes, incluso, los cambios en el gusto decorativo de corporativo de los clientes, hicieron que la mayoría de su obra desapareciera o cambiara de ubicación a espacios privados e inaccesibles al público.
Por ejemplo, su obra en el Multifamiliar Presidente Juárez, un proyecto de 4,000 metros cuadrados de murales, se derrumbó en 1985; la fachada del edificio Banobras nunca fue cuidada y sus murales en el Hotel Aristos pasaron a formar parte de colecciones privadas.
El telón Los danzantes del antiguo Cine Manacar, es una de sus obras más valoradas. Se encuentra en el lobby de la Torre Manacar, aunque fue un telón para cine que estuvo en Insurgentes Sur y Río Mixcoac. De hecho, la pista del mural se había perdido desde 1995, cuando el Cine Manacar fue desmantelado para poner en su lugar varias salas de la cadena Cinemex.
Aunque Los Danzantes es una pieza de 294 metros cuadrados con incrustaciones en madera y alusiones a la cultura maya. Fue llevado a la Torre Manacar que cuenta con 25 pisos, diseñada con trazos piramidales y contemporáneos por el arquitecto Teodoro González de León.
Lo ocurrido fue que el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (FONCA) no informó que la obra le fue donada en 1999. Tan solo uno de los proyectos de Los Danzantes en formato pequeño, que se conserva en la galería Arvil, del curador Armando Colina, está valuada en unos 40 mil dólares.
Los Danzantes está dividido en 12 paneles, y para cada una de esas partes Mérida realizaba cuando menos cinco proyectos. Fusiona el arte con la arquitectura, a través de lo que llamó “integración plástica”, su pintura abstracta además de ser crítico de arte e hizo viñetas para libros, tapices y coreografías para ballet.
Los Danzantes se hizo en 1964, donde plasmó las figuras dinámicas de unos bailarines, pintadas con colores armoniosos en pintura acrílica que puedes ver además de recorrer tiendas, restaurantes y nuevas salas cinematográficas.
La monumental obra mide 11 metros de alto por tres de ancho, presenta a seis personajes de aspecto geométrico. Se tenía la idea de llevar la pieza al Auditorio Nacional, pero no cabía en el Auditorio. En marzo de 2016 arrancó su restauración concluyendo sus trabajos en agosto de ese mismo año, con una inversión de más de un millón de pesos.
El proceso de restauración de “Los Danzantes” fue una “tarea titánica de seis meses.” Estaba lleno de polvo, tenía daños estructurales y hongo debido al almacenaje. Se hicieron muestras de laboratorio, se fumigó la obra, se eliminó el polvo suelto con brocha y aspiradora, luego la mugre adherida a la superficie con agua destilada y algodón.
Después de esta gran travesía, el mural puede ser apreciado por cualquier persona en el lobby de la torre Manacar.
Mural Los Danzantes
Dónde: Av. de los Insurgentes Sur 1457, Insurgentes Mixcoac, CDMX.
Cuándo: lunes a domingo desde las 09:00
Entrada libre
