Foto destacada: INAH
Materiales cerámicos y fragmentos de hueso humano fueron hallados en Indios Verdes.
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La CDMX es tan curiosa que un equipo de salvamento arqueológico del INAH que operaba en el paradero del Metrobús y Mexibús, en avenida Insurgentes Norte, fue hallada la antigua carretera México-Laredo, además de una inscripción en piedra de 1936 donde se cortaron las arcadas del Acueducto de Guadalupe, para dar paso a esa vía de comunicación.
Cotejando con fuentes históricas, el investigador de la Dirección de Salvamento Arqueológico, Daniel Santos Hipólito, afirma que esta presencia de vestigios obedece a que la zona presenta sitios históricos importantes, como los pueblos de Santa Isabel Tola, San Pedro Zacatenco y Santa María Ticomán; por lo cual en las cercanías se han reportado hallazgos arqueológicos valiosos y sustanciales.
Asimismo, el especialista comenta que no es peculiar que se halla dado este hallazgo en el Centro de Transferencia Modal (Cetram) de Indios Verdes, ya que es una zona con mucha historia prehispánica. Pero fue durante las excavaciones para el cajón de cimentación de la nueva estación del Metrobús y Mexibús, sobre la avenida Insurgentes Norte, donde se halló un camino empedrado.
Fueron hallados cerca de 45 metros de camino empedrado, con una profundidad de 62 centímetros y se construyó con roca basáltica recubierta con grava negra, sobre la cual se colocó una carpeta asfáltica de 6 milímetros de grosor, por donde corría la carretera 1 México-Laredo.
La carretera 1 México-Laredo estuvo a cargo de la Comisión Nacional de Caminos, y formó parte de un ambicioso proyecto que buscaba enlazar la capital del país con Estados Unidos, para dejar de lado el viejo sistema de caminos reales y abrir nuevas rutas de intercambio comercial, económico y cultural.
Respecto a los hallazgos de origen prehispánico suscitados en este espacio, el arqueólogo señala que en el paradero poniente de Indios Verdes, a dos metros de profundidad con respecto al nivel de piso actual, se localizó una fosa rellena de materiales cerámicos y fragmentos de hueso humano, un contexto que habla de la ocupación mexica del área, hacia 1300 d.C., y poco antes de la invasión española.
Las concentraciones de cerámica fueron recuperadas en las excavaciones, y son del tipo denominado Lagos Impresión Textil, correspondiente a la Fase Azteca III (1403-1507 d.C.), el cual se caracteriza por vasijas usadas en la producción de sal en el México prehispánico; además de otras lozas más antiguas, de la fase Azteca II (1299 y 1403 d.C.).
Los datos históricos señalan que, en la época prehispánica, el sitio que hoy ocupa el Cetram Indios Verdes, se encontraba en la ribera del Lago de Texcoco, entre los pueblos nahuas de Tulan, Ticoman y Zacatenco, este último fue un importante centro productor de sal, al igual que Ecatepec.
Tras la invasión, en 1563 se fundaría el pueblo de Guadalupe, y hacia 1678, los pueblos de Santa Isabel Tola, San Pedro Zacatenco, Santiago Atzacoalco y San Juan Ixhuatepec pasaron a formar parte de la jurisdicción eclesiástica del Santuario de la Virgen de Guadalupe en el Tepeyac.
Debido a la importancia de los hallazgos se contempla seguir explorando la zona, a fin de recuperar datos que permitan entender el desarrollo de las sociedades y la relación de los antiguos pueblos ribereños con su entorno, definir cuándo se dieron los primeros asentamientos y reconstruir los cambios sociohistóricos de esta área de la actual Ciudad de México.