La última gran curandera de la Biznaga, El Ejido de las Brujas

Foto destacada: @BrujaMartha

La Biznaga es un poblado de Coahuila conocido como “El Ejido de las Brujas.

 

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La idea de las brujas tiene muchos matices que están ocultos entre mitos, algunas verdades y miles de relatos que tratan de explicar realidades particulares y sucesos que son difíciles de enfrentar con la lógica del día a día. En México, la idea de las brujas llega con la Inquisición y Coahuila ha sido un lugar bastante investigado al respecto.

En el libro Cacería de brujas en Coahuila, 1748-1751 de Lara Semboloni, se hace un recuento de las brujas que vivieron en el estado de Coahuila, así como uno de los episodios en la cacería de brujas más representativa de la Nueva España, registrado en el apartado de la Inquisición del Archivo General de la Nación, donde se juzgan a personas bajo los cargos de actividades diabólicas.

 

 

La brujería se extendió por el país con el avance de los frailes católicos, que se encontraron con nahuallis, asociados con lo que, en su parecer, era semejante a una bruja. Aunque nahualli o nahual hace referencia a un alter ego animal, estrechamente unido al destino humano y a un especialista ritual con capacidad para transformarse, y las brujas eran mujeres que tenían pactos con el demonio para dañar a los demás, la idea se quedó y posteriormente la iglesia católica prohibió las prácticas de magia negra o rituales que son ancestrales en México.

 

 

Arteaga, Coahuila, es un lugar considerado con brujas que descienden de aquella época. En La Biznaga, sobre todo en la década de 1960 se corrió el rumor de que este sitio estaba habitado por hechiceras luego de que los pobladores, algunos que aún siguen vivos, se espantaran al verlas festejando transformadas en aves alrededor de un aquelarre. El poblado de La Biznaga en el norte, tiene una tradición de brujas cuya descendencia ha migró hacia otros lugares de México.

A mediados del siglo XX, se difundía bastante la idea de las brujas que empezaron a dar fama al pueblo coahuilense; ya que según dichos populares estas mujeres se reunían bajo la luna llena a la media noche para hacer hechizos y tomar formas de animales mientras danzaban alrededor del fuego.

 

 

Las brujas se podían convertir en pájaros negros, serpientes y panteras, subían a los techos de las modestas casas de la época para hacer ruidos extraños y carcajearse. No es raro encontrar muchos testimonios de pobladores de La Biznaga, afirmando haber visto rostros de mujeres a la luz del fuego, haber presenciado conjuros y trabajos que realizarían a distintas personas del pueblo.

La aparición de las brujas proviene del árbol de la biznaga, pues se dice que su planta, su tallo y sus ramas funcionan como bastón de mando de las brujas. Los dichos sobre las brujas, hicieron que gente de todos los lugares de la República Mexicana acudiera a La Biznaga para pedir que les ayudaran a resolver problemas o solicitar trabajos especiales o para tomar venganza a ciertas personas.

 

 

Gracias a que las brujas realizaban trabajos exactos, los propios lugareños las usaban para resolver problemas vecinales, lanzándose hechizos y conjuros los unos a los otros, por lo que en ese entonces el panteón local estaba plagado de varios envoltorios y trabajos.

Martha Molina es una de las únicas herederas de aquel aquelarre de los años 60, es nieta de la bruja Natividad y es buscada por varias personas que acuden en su ayuda. Martha Molina es considerada la bruja más “poderosa” de la región. Aunque a menudo se ha dicho que algunas personas han quedado ciegas, infértiles en el caso de mujeres, o tienen mala suerte en el amor, lo cual atribuyen a hechizos; muchas personas de estados como Nuevo León, Sinaloa, Querétaro y Saltillo llegan a La Biznaga para pedir trabajos especiales a las brujas.

 

 

La bruja vive en una casa cerca de la iglesia católica, tiene una habitación de block y cemento, un altar a la muerte y un espacio para recibir a las personas que desean sanarse de complicadas enfermedades o para buscar venganzas. Entre las enseñanzas de las primeras brujas se preserva el convertirse en un pájaro negro y volar arriba de los vivos y muertos.

Algunos son escépticos de las leyendas del pueblo y otros en verdad evitan entrar en él o preguntar por las brujas y ser vistos con malos ojos, pero lo cierto es que esta historia centenaria ha creado un ambiente místico a mitad del semidesierto coahuilense.