La historia de una mujer revolucionaria que inspiró la Salsa Valentina

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“La Valentina” fue una gran revolucionaria que se vistió de hombre para unirse a las tropas de Madero.

 

La Salsa Valentina es uno de esos productos que están en casi todas las casas mexicanas, a menos que no coman picante o que sean extranjeros… pero ni eso. La salsa Valentina se vende en todos lados y es muy común ponerle a muchos alimentos, porque por alguna extraña razón con todo combina.

De hecho, varios usuarios de redes sociales comenzaron a volverse inquietos por un problema de abastecimiento en la zona norte de México y El Paso, Texas, lugar común para muchos mexicanos que radican en Estados Unidos, quienes se abastecen de la salsa. Y no solo los consumidores se inquietaron, también se abrumaron los negocios que utilizan la salsa para la comercialización de botanas.

Aunque se dice que los componentes de esta salsa son un poco irritantes, la Salsa Valentina es la segunda marca más popular de salsas embotelladas en vidrio, y su distribución llega a todo México, Estados Unidos, Canadá, España y algunos países de Sudamérica, aunque el sitio más lejano donde se puede comprar es Shangai, China.  Incluso los mexicanos que viajan para el extranjero llevan esta salsa picante para que el mundo conozca el sabor de México.

 

 

Hace unos años, la Dirección de Cultura del Municipio de Ciudad Juárez, limpió más de 100 esculturas con Salsa Valentina pues uno de los ingredientes del producto reacciona como abrillantador de metales. Aunque el acabado es de menor calidad, la Salsa Valentina puede ahorrar costos y tiempo.

 

¿Cuál es el origen de la salsa Valentina?

 

 

Se dice que por los años 50, Gilberto Reyna, que vivía en Tamazula de Gordiano, Jalisco, preparaba una salsa llamada “El Torito”, un producto que poco a poco se convirtió en un éxito entre las comunidades cercanas. La salsa se distribuía en comercios locales sin marca y envasada en barricas.

Al poco tiempo, Manuel Maciel Méndez, vendedor de barras de hielo, notó que el producto era muy popular entre los pobladores. Así que se puso a preparar su propia salsa con recetas familiares. El resultado fue la Salsa Tamazula, el producto que sería predecesor de la Salsa Valentina que ahora conocemos, porque ambas tienen los mismos ingredientes y sabor.

 

 

Esta región se ha caracterizado por tener el talento para producir salsas de calidad y contar con una gran variedad de recetas. Destacan algunas como la Salsa Jalisco de la familia Galván, la Salsa Reina elaborada por la familia Reina del Toro y la Salsa Maga preparada por la familia Contreras.

 

Origen del Nombre “Valentina”

 

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Se ha dicho que el nombre se debe a Valentina Ramírez Avitia; una mujer que sintió un gran ímpetu de acompañar a su padre a la Revolución, pero murió antes de cumplir con su objetivo. Aun así, ella se enlistó con el nombre de Juan Ramírez, cuando tenía 17 años de edad, y en menos de un año de edad fue teniente.

Valentina practicó movimientos masculinos que hacían sus hermanos al sentarse, saludar, montar a caballo y, por supuesto, a hablar para no levantar ninguna sospecha antes de comenzar sus entrenamientos. Se vistió con la ropa de su hermano, se escondió las trenzas en el sombrero, montó su caballo y se unió a los revolucionarios mexicanos.

 

 

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Su vida inspiró la canción popular La Valentina, cantada por las tropas villistas. Con este antecedente, el Grupo Tamazula creo su Salsa Tamazula, el primer producto estrella, y luego crearon Valentina y Costa Brava, lo cual, permitió que se distribuyeran a nivel nacional.

Esta deliciosa salsa se comercializa hasta California, Texas, Illinois y Canadá. Hoy en día la salsa Valentina se vende en Etiqueta amarilla (picante), etiqueta negra (extra picante) y etiqueta azul (para productos del mar) y disponible con palomitas de Maíz.