La herencia árabe en México es un gran detalle digno de admiración

Foto destacada: México Chulo

Quizá la arquitectura y la gastronomía sea la herencia árabe más conocida, pero no la que más conecta a nuestras culturas.

 

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Uno de los grandes acontecimientos del mundo árabe aconteció en el año 610, cuando el arcángel Gabriel visitó a Mahoma para darle a conocer el Corán, doce años después la migración a la Medina por los seguidores del profeta, dio inicio al calendario musulmán y a la historia de todo un pueblo que dejaría herencia hasta nuestro país.

Claro, antes de llegar a México, los musulmanes ocuparon España por más de siete siglos, dejando su huella en la arquitectura, la gastronomía y la lengua.

 

 

 

Entonces sí, durante el periodo de la conquista al Nuevo Mundo llegaron los maronitas, una rama del catolicismo nacida en el Líbano, y también, a finales del siglo XVI la orden mercedaria instaló su primer convento en el Centro Histórico, el Templo de la Merced en la calle República de Uruguay construido al estilo mudéjar, una mezcla de las corrientes artísticas cristianas y musulmanas.

 

 

El Estilo Mudéjar es una de las herencias árabes

 

El estilo mudéjar quedó plasmado también en el famoso Kiosco Morisco, algunos rincones de la Catedral metropolitana y otros tantos edificios virreinales. También durante los periodos de la conquista y la colonia quedaron en nuestro lenguaje muchas palabras de procedencia árabe.

Podemos reconocer algunas de ellas por empezar con “al” como alhaja, almanaque o ajedrez, pero también azúcar y otras que usamos mucho los mexicanos, como ojalá (law sha´a Allah, si dios quisiera) vienen de por allá; así como algunas “gua” como Guadalajara, “río entre piedras” y sí, Guadalupe, que viene del árabe wadi, río y el latín lupus lobo. La lista es bastante larga.

 

 

Nuestra música también tiene un poquito de aquellos ritmos que consideramos españoles como el canto jondo y el flamenco que quedaron en España después de la ocupación musulmana y que luego llegaron hasta acá. Los rebozos y los tacos al pastor son otro par muy mexicano que heredamos durante las migraciones árabes a América.

En México recibimos 5 veces a las familias árabes que salieron de sus países de origen en diferentes momentos y por distintas razones, fue desde el año 1878 que grupos sefarditas sirios, judíos del territorio de Palestina y musulmanes llegaron a ocupar diferentes latitudes de nuestro país.

 

 

La población libanesa se asentó en las costas del Golfo, en los puertos de Tampico y Veracruz, así como en la península de Yucatán; los grupos palestinos y sirios se establecieron en ciudades del norte del país como Monclova, Saltillo y Monterrey, incluso fue en 1989 en Torreón, Coahuila que se fundó la primera mezquita mexicana.

 

 

En los años 50 llegó otra oleada de árabes que se instalaron en la Ciudad de México (tiempo en el que nacieron los taquitos al pastor), momento en el que algunos libaneses se movilizaron a Puebla y algunos iraquíes y egipcios se establecen en la península de Yucatán. Para esos días la herencia arquitectónica continuó dejando su huella, por ejemplo, el edificio que se encuentra en la Isabel la Católica #33 que fuera el banco Banco Aboumrad, cuya característica entrada es como una gran caja fuerte.

En 1989 se abrió en Torreón, Coahuila, la primera mezquita de nuestro país. Aunque aún hay un debate fuerte, el consenso general es que, a nuestra herencia árabe le debemos joyas mexicanas como los tacos al pastor, una versión poblana de los shawarma libaneses.

 

 

También hemos hecho nuestras palabras de uso cotidiano como Ojalá, que viene del árabe law sha´a Allah y significa “si dios quisiera”; Guadalajara, que significa “río entre piedras”. Palabras como: azúcar, aduana, ajedrez, asesino, así como alacrán (al-alrab) y muchas de las palabras que inician con “al”, como alfombra, almanaque, algarabía, las usamos todos los días.

También se dice que el nombre de “Guadalupe”, que todo el planeta cree que es de origen mexicano, tiene su raíz en la fusión de dos vocablos, el árabe “wadi” (río) y el latín“lupus” (lobo). Literalmente significa “Río de los lobos” llegó a México por ser el nombre de un municipio español en la provincia de Cáceres.

 

 

Jaqueca, que viene de saqiqah, que significa dividir; Marrano que deriva de muharram que puede traducirse como “prohibido”, porque no comían esta carne. Sandía viene de sindiyyah, tarea en vez de taríha, que significa literalmente “asignación o trabajo que debe hacerse en corto tiempo”. Arrabal es heredera de al-rabád.

Droga viene del árabe ibérico hatruka y significa charlatanería; alcohol viene de kohol, que es “sutil”. Decimos Gañán en lugar de gánnam, que es un pastor de ovejas y Barrio, que deriva de barrí, que eran las zonas del campo habitadas. Las palabras Guitarra, Hazaña, Máscara, Mazmorra, Momia, Noria, Asesino, Dado, Algoritmo, Arrecife, Jabalí, Jarabe y Jarra también tiene su origen en los países árabes.