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Los muralistas mayas también están sincronizados con las expresiones socio políticas y la cosmovisión.
En la Selva Lacandona, en el municipio de Ocosingo, Chiapas, puedes encontrar uno de los yacimientos arqueológicos más destacados del imperio maya: Bonampak. Pero su fama no solo está en el precioso espacio arquitectónico, sino en las excepcionales pinturas que adornan muchas de sus paredes, siendo el topónimo maya, precisamente, “muros pintados”.
Esta maravilla arqueológica fue descubierta hace más de 70 años por casualidad la casualidad del explorador Giles Greville Healey y a su guía, el indígena lacandón Chan Bor, quienes quedaron impresionados por los edificios, y más tarde el mundo conmocionado por los murales del Templo de las pinturas, conformado por tres cuartos en donde cada uno refleja escenas diferentes.
Se cree que estas obras las dirigió el pintor maya Och o zarigüeya, quien plasmó el gobierno de Chaan Muan II; la vestimenta, el uso de textiles, vestidos ostentosos y la manera en la que se usaban. También se presentan diversos elementos de la naturaleza, nobles, guerreros y danzantes.
Además de dibujos hay textos que reflejan el parte de guerra maya, pero sobre todo son pinturas que tienen como temática la presentación del heredero al trono a quien se le observa cargando un bebe, músicos, deidades y muchas imágenes más en el edificio.
Las imágenes pintadas en el cuarto dos son las más relevantes de las tres habitaciones. Se trata de una pelea cuerpo a cuerpo y la presentación de los cautivos en un gran acto militar. En la escena del juicio se muestra al gobernante Señor Chan Muwan de Bonampak en el centro a sus pies se encuentran los presos algunos ya muertos, otros suplicando por su vida.
En los dibujos del cuarto dos se representa la pasión maya por la astronomía como constelaciones y otros cuerpos celestes, Pléyades, un personaje que corresponde a Marte, glifos estelares, el camino celeste y hay un dibujo de la vía láctea como una borde ancho radiante el cual se alinea al eje de simetría del edificio de las pinturas.
Estudio de las representaciones de los murales de Bonampak
La primera cámara representa una procesión de sacerdotes y nobles donde una orquesta toca numerosos instrumentos, como trompetas de madera y tambores, mientras los nobles charlan entre sí.
El segundo habitáculo muestra una escena bélica, con prisioneros sentados ante el Señor Chan Muwan de Bonampak, a los que les son arrancadas la uñas de los dedos de las manos. Unos prisioneros que, según los especialistas, seguramente estaban siendo preparados para ser sacrificados.
El tercer cuarto muestra una ceremonia con bailarines, ricamente ataviados, luciendo máscaras de dioses y a la familia gobernante punzándose la lengua con agujas de maguey, hasta hacerla sangrar, en uno de los muchos tipos de sacrificio que practicaban los mesoamericanos.
Las escenas murales fueron redescubiertas y recuperadas por restauradores por miembros de del INAH desde 2016. La reconstrucción de los contornos de las figuras del muro central, se tuvo que retirar con bisturí y espátulas dentales, que fueron descubriendo escenas una batalla de Chaan Muan II, penúltimo rey de Bonampak, tras derrotar a sus enemigos de la ciudad de Sak’ Tz’i’.
Estos expertos han recopilado toda la iconográfica de los murales, y han creado un gran archivo de dibujos, fotografías y estudios de los diversos análisis con microscopio óptico, en donde descubrieron la gama cromática de los pintores de Bonampak es en donde se encontraron hasta 28 mezclas de pigmentos que reflejan distintas calidades del mundo natural.
Estas pinturas mayas son de estilo naturalista con figuras que miden de 82 a 89 cm de altura. Debido a la técnica de los murales, se sabe que los artistas pintores de Bonampak conocían bien sobre trazos, volúmenes, soportes, aglutinantes y tintes naturales. Utilizaban cal mezclada con gomas extraídas de árboles como el olon, la orquídea y el ciruelo como una base para plasmar la pintura sobre el muro.