Foto destacada: © Oswaldo Ramírez
La ventana arqueológica más antigua del Centro histórico de la CDMX, permaneció cerrada por más de un siglo.
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Seguramente en la Casa del marqués del Apartado hay muchos vestigios arqueológicos que nunca conoceremos. Aunque es un edificio increíble, neoclásico y de hermosa cantera gris, también se construyó justo encima del templo mayor. Así, que es bastante seguro que tenga muchos vestigios pero que queden ahí para para siempre.
De hecho, en la escalinata hallada en la Casa del Marqués del Apartado fue hallada la primera ventana arqueológica en 1901, y escavada por Leopoldo Batres. Se encuentra debajo del palacio construido por Manuel Tolsá y se cree que posiblemente es el templo Cihuacoatl.
Lo que se sabe es que El Templo Mayor, el recinto sagrado de Tenochtitlan, abarcaba 78 templos, de los cuales se han encontrado 46 vestigios, pero solamente en 24 casos está identificado a qué deidad estaban dedicados. Esto fue posible gracias a los datos que dejó Fray Bernardino de Sahagún, pero a la fecha, Tenochtitlan es un rompecabezas que no podrá ser armado.
A la fecha, es posible recorrer 42 ventanas arqueológicas en el Centro Histórico y ver las huellas de una ciudad fundada por los mexicas en el año 1325. Pero lo que hay en el subsuelo, será difícil. Porque para saber lo que hay ahí, es necesario ver lo que hay debajo de la Casa del Marqués del Apartado, del Hotel Catedral, de la Catedral y cientos de edificios que forman también parte de la historia del país.
© Oswaldo Ramírez
Sin duda, uno de los lugares más interesantes de las ventanas es la Escalinata del Coateocalli, que significa Casa de la serpiente. Ya que como hemos mencionado, fue descubierta en 1901 por Leopoldo Batres, y es la primera ventana arqueológica, aunque fue concebida como tal después de 100 años; los mismos que este vestigio permaneció oculto de la mirada pública.
Asimismo, existen tras ventanas que siguen sin ser públicas; Algunas están en edificios públicos, otras en edificios particulares y los accesos en algunos casos son muy restringidos, pero el caso de la escalinata sí está abierta al público.
© Oswaldo Ramírez
El hallazgo se hizo cuando el gobierno de Porfirio Díaz quería rehabilitar el edificio para instalar ahí la Secretaría de Justicia e Instrucción Pública. El arqueólogo Leopoldo Batres fue el encargado de realizar el salvamiento arqueológico. Lo primero que encontró fueron los restos de una escultura que se conoce como Xiuhcóatl, que es la representación de una serpiente de fuego.
Algunos días después, se encontró una escultura de Ocelotl Cuauhxicalli, un felino con un recipiente en la espalda que tiene las representaciones de Huitzilopochtli y Tezcatlipoca, que se están autosacrificando. En dicho recipiente se depositaban ofrendas.
Estos hallazgos motivaron más excavaciones y fue así como se encontró una escalinata que se cree, servía para comunicar con un templo; pero a la fecha se desconoce con exactitud a qué deidad se dedicaba dicho templo.
Muy cerca de esta ventana se encuentra la del templo de Ehécatl, dios del viento, en el Hotel Catedral de Donceles 95. En 2009 los propietarios iniciaron trabajos de ampliación hacia el predio de Guatemala 16 y al iniciar con las excavaciones emergió parte del templo. Como ocurre con todas las obras donde se hallan restos arqueológicos, para realizar el salvamento arqueológico tanto del templo, como del Juego de Pelota.
Una de las características más grandes de estos lugares, es que la temperatura suele descender y se siente como en “una cámara frigorífica”. Después de más de 10 años de trabajo de conservación de las ventanas otra de las que son más visitadas, es la que pertenece a la ofrenda a Huitzilopochtli, a quien se le dedicó un muro de cráneos que fue encontrado en 2015 debajo de la vieja casona asentada en el número 24 de Guatemala, justo detrás de la Catedral Metropolitana.
Se trata del Gran Tzompantli, un sistema de postes y travesaños en los que se empalaban las cabezas semidescarnadas o los cráneos de las personas que eran sacrificadas en el Templo Mayor. El sacrificio humano era una práctica importante dentro de la sociedad mexica porque formaba parte de su religiosidad. La religión misma contemplaba esta práctica.
Primera ventana arqueológica
Dónde: debajo del patio central de la Casa del Marqués del Apartado; esquina de Donceles y Argentina, Centro histórico.
Cuándo: lunes a sábado de 10:00 a 18:00 hrs
Entrada libre