Las máquinas de tiempo existen, y se pueden contemplar en los mejores relatos de la CDMX.
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La Ciudad de México es tan grande que no se puede representar en su totalidad. Sólo se pueden sacar fragmentos de ella. Pequeños momentos que de a poco van juntándose, y como piezas perdidas de un rompecabezas infinito, van dándonos la idea de la magnitud del paisaje en el que todos los días cohabitan 8 millones de personas entre un mar de calles y coches. Para completar este inmenso rompecabezas, desde su fundación, muchos han escrito sobre la CDMX. Han intentado retratarla con su pluma y gracias a sus textos hemos descubierto que existen tantas ciudades como perspectivas hay de ellas. Uno de los géneros más prolíficos en esta encomienda es el cuento. A continuación, les presentamos cinco cuentos que le permitirán a cualquiera entender desde la vida de un personaje, qué es y cómo ha sido la Ciudad de México en el tiempo. Desde una mansión abandonada, hasta las pensiones de caballos que había en muchas esquinas, les deseamos un feliz recorrido por cinco distintas capitales mexicanas. Carlos Fuentes Si hay un escritor que sabía transformar las calles de la Ciudad de México en relatos, ese era Fuentes. Un genio que con su pluma inmortalizó las puertas del Centro Histórico y las solitarias paradas de camiones. Además de ser el autor de La Región más transparente, primera novela en la que la CDMX es el personaje principal, escribió muchos cuentos que por sí mismos son una posibilidad de estar en es esta gran urbe en otra época. Les dejamos un fragmento de Tlatocatzine, del jardín de Flendes “El licenciado Brambilia tiene cada idea. Ahora acaba de comprar una vieja mansión en la calle Puente Alvarado, suntuosa pero inservible, construida en tiempos de la Intervención Francesa. Naturalmente supuse que se trataba de una de tantas operaciones del licenciado, y que su propósito sería demoler la casa y vender el terreno a buen precio…No fue poca mi sorpresa cuando el licenciado me comunicó que… yo debería pasarme a vivir un tiempo a la mansión, pues se sentía falta de calor en esas piezas, de hecho deshabitadas desde 1910… La mansión es hermosa por más que la fachada se encargue de negarlo. ” José Emilio Pacheco José Emilio fue un artista que nació, amo y murió en la Ciudad de México. Este escritor retrató en sus poemas, cuentos y ensayos los matices que flotan de esta metrópoli y que son imperceptibles para la mayoría. Leer a Pacheco es la posibilidad de ver con ojos renovados esos sitios por los que pasamos todos los días y a los que nunca prestamos atención. Para que descubran el poder de su literatura les compartimos un momento de su relato la Zarza. “De verdad no sé cómo empezar… Usted no es de aquí, no conoció México cuando era una ciudad pequeña, preciosas, muy cómoda. No la monstruosidad que padecemos ahora en 1971. Entonces nacíamos y moríamos en el mismo sitio, sin cambiarnos nunca de barrio. Éramos de San Rafael, de Santa María, de la colonia Roma. Nada volverá a ser igual…” Manuel Gutiérrez Nájera La literatura del gran Gutiérrez Nájera está muy ligada a la CDMX y en muchos de sus textos habla de esa ciudad porfiriana que le tocó vivir. Este autor relata los detalles nimios que había en las calles en 1886, la llegada de la luz eléctrica, la construcción del Palacio de Bellas Artes, entre otros eventos modernos de la época. Uno de sus cuentos más memorables que escribió se llama La historia de un peso falso. Vale la pena leerlo. “El joven fue paso a paso porque todavía era muy temprano… Primero pasó por la calle San Juan de Letrán. Vio que de la pensión de caballos de la esquina salía una hermosa yegua con albardón de cuello amarillo…Luego observó la imprenta del ”Monitor.” Vio casi echados en las baldosas de la acerca como hombres y chicuelos doblaban los periódicos todavía húmedos. Muchos de esos chicos eran amigos de él y el primer impulso que sintió fue hablarles y mostrarles el peso… Pero, ¿y si se lo quitaban?…” Amparo Dávila Su obra aborda los límites entre el delirio y la pesadilla. Su vida fue tan misteriosa como las palabras que escribió. Lo que se sabe es que fue la única escritora mexicana que se dedicó en su totalidad a la composición de cuentos de terror, muchos transcurrían en las oscuras calles del Siglo XX en la Ciudad de México. Para que disfruten de la capital en los años treinta, aquí va un pedazo de su relato Matilde en el espejo. “Como en 1935 nos fuimos a vivir a la calle del Chopo. Así conocí a Doña Matilde que era la dueña de aquella casita… Inmediatamente nos mudamos ahí. Daba gusto ver como lucían los muebles… Doña Matilde se hizo muy cercana a mí… Algunos domingos o días festivos íbamos al Bosque de Chapultepec, a pasear por las Calzadas de los Poetas, o de los Filósofos, que eran sus preferidas…” Manuel Payno En los inicios del Siglo XIX nació en esta gran urbe un autor que para muchos es una de las mejores plumas que ha tenido La Ciudad de México. En sus relatos podemos descubrir los hábitos, la gastronomía y el habla que había en la capital durante los años que siguieron al movimiento independentista. Si siempre quisieron saber cómo se vivía en la CDMX hace un siglo, les recomendamos que lean este inicio de su cuento Don Juan Manuel. “Hay en México una calle formada por los más altos y suntuosos edificios… Colocada en lo más poblado, en lo más céntrico de la gran ciudad, es una calle que podríamos llamar aristocrática. Sin embargo de día tiene aspecto triste y de noche, lúgubre. Los grandes zaguanes de maderas antiguas y labradas parecen entradas de unos castillos…”
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