A pesar de que una gran cena familiar traiga consigo emociones que se quedan en la memoria durante muchos años, lo cierto es que también representa un importante gasto adicional. Pero, ¿acaso no es posible ahorrar en la preparación de recetas de temporada sin comprometer la experiencia? La respuesta es un rotundo “sí”, y aquí te explicamos cómo hacerlo:
- Planifica la cena con antelación
Aunque existe una amplia variedad de platillos, usualmente preparamos los mismos para mantener vivas nuestras tradiciones, ya sean familiares o nacionales. Comprendiendo esto, es recomendable que planifiques con tiempo todo lo que vas a preparar, desarrollando un presupuesto adaptado a tus finanzas.
Esto no solo te ayudará a evitar las compras desesperadas o de último momento, sino que también te permitirá saber exactamente qué debes comprar para que compares y elijas con tiempo.
- Compre la comida para la cena con anticipación
Una buena forma de ahorrar es comprando algunos productos con días o semanas de antelación, especialmente todo aquello que no sea perecedero, como los enlatados. También podemos comprar carne y algunas verduras de forma anticipada, preparándolas y congelándolas al llegar a casa.
- Elige productos a descuento
Todas las grandes cadenas de supermercados lanzan campañas de descuento en ingredientes para preparaciones tradicionales.
Estos pueden representar un ahorro importante según la cadena de tu elección, por ejemplo, las ofertas de hoy en Soriana incluyen rebajas de hasta 50% en la segunda unidad de postres como turrones, chocolates y panettone, mientras que Bodega Aurrerá y S-Mart estarían ofreciendo hasta 20% de descuento en frutas, verduras y carnes.
- No compres todo tú
La cena es para todos, por lo que el peso de las compras no debe recaer solo en ti, especialmente si eres la persona encargada de cocinar. Si no quieres pedirle a tus invitados que compren los ingredientes principales, al menos solicita que colaboren con la compra de bebidas, snacks e incluso postres.
- Busca y compara
Como lo mencionamos en el primer consejo, una buena planificación da pie a una actividad aún más importante: comparar. Para esto debemos elegir no solo las grandes cadenas de tiendas, sino también tiendas locales y mercados al aire libre, ya que los precios pueden variar significativamente entre cada uno de estos.
Si bien la inflación nos afecta a todos, los pequeños productores suelen tener precios más bajos en mercancía fresca como frutas y verduras, mientras que las tiendas de mayor tamaño suelen ofrecer los mejores precios en productos empaquetados. Por su parte, tiendas locales como carnicerías, son ideales para la compra de proteínas.