Las colonias de esta zona se desdoblan en lo que fuera México Tenochtitlán.
. . .
Pese a que no es la delegación más grande de la urbe, sí es, sin lugar a dudas, una de las que cuenta con más historia. Y es que las calles pavimentadas que se desenvuelven alrededor de todos los parajes que la constituyen, antes de la Conquista, solían ser caminos lacustres que conformaban la ciudad de Tenochtitlán. A la Cuauhtémoc se le conoce como el corazón de la urbe, y este sobrenombre hace completo sentido, pues sus primeros habitantes crearon la primera ciudad de América Latina hacia 1325, sobre un islote que fungió como la tierra prometida y cuya señal de esto fue la imagen de un águila parada sobre un nopal devorando una serpiente. Hasta su topónimo es un homenaje al último tlatoani mexica. Todavía después de la llegada de los españoles, este lugar fue el ideal para comenzar a levantar la Nueva España. Ciertamente, la metrópoli fue proliferando, no obstante, la zona más relevante para los novohispanos siempre fue lo que hoy conocemos como el Centro Histórico, el sitio más importante de la delegación Cuauhtémoc. Todas colonias que componen esta demarcación territorial encuentran su esencia en la arquitectura tan ecléctica. Y es que la realidad es que al mismo tiempo que emergen del subsuelo vestigios arqueológicos propios de la cultura azteca, también se alcanzan a apreciar edificios de carácter colonial que remiten a la realeza. De hecho, el viajero inglés Charles Joseph La Trobe bautizó a nuestra ciudad como “La ciudad de los palacios”, por todas las estructuras que lo envolvieron cuando recorrió lo que actualmente es la delegación Cuauhtémoc. Otro aspecto innegable que define a esta zona es el comercio. Desde la época prehispánica, éste estaba establecido en Tlatelolco. Y desde entonces, se concentran en lugares como La Lagunilla y Tepito algunos de los mercados más concurridos y clásicos de la urbe. Asimismo, entre las calles del Centro Histórico, se pueden hallar hasta los artículos más excéntricos. Cada una de las calles cuenta con su propia línea de productos, desde tecnológicos hasta de decoración. Ya para el periodo colonial, este núcleo citadino comenzó a adueñarse de los poblados aledaños. Y más adelante, alrededor del siglo XIX, gracias a la urbanización nacieron nuevos barrios. Las más de 30 colonias que integran la Cuauhtémoc surgieron gracias a los fraccionamientos de tierra que se emplearon, así como la adquisición de diversas haciendas del porfiriato. Nombres como Buenavista, Hipódromo, Condesa, Obrera, Doctores, Peralvillo, Guerrero, San Rafael, Santa María la Ribera, Juárez, Tabacalera y Roma suenan en la mente de todo capitalino, pues alojan varios de los monumentos, museos y edificios más emblemáticos de toda la capital. Resulta imprescindible voltear a ver el pasado de esta ciudad con ojos de añoranza y admiración, sobre todo de territorios como la delegación Cuauhtémoc, un lugar que no ha dejado de ser motivo de nostalgia, pero tampoco se muestra renuente ante la innovación y avance infraestructural. Fue aquí donde nació todo lo que hoy es México, es por esto que varios le han llamado “la cuna del país”.