Los 4 tlaloques que ayudaron a Tláloc a distribuir las lluvias

Foto destacada: tlahualcalli

Los tlaloques siguen teniendo una fuerte carga simbólica gracias a su mitología y leyendas.

 

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De acuerdo con la cosmogonía prehispánica, los Tlaloques ayudaban a Tláloc en la tarea de distribuir la lluvia sobre la tierra, elemento vital para la existencia de los seres humanos, los animales y la vegetación.

Para ello portaban grandes vasijas llenas con agua, mismas que rompían con palos para derramarla sobre la tierra, con lo que no sólo provocaban la lluvia sino también el sonido de los relámpagos.

 

 

INAH

 

A los tlaloques también se les identificaba con las principales montañas que rodean la cuenca de México, en cuyas cúspides engendran las nubes para crear las lluvias. Asimismo, se les asociaba con el maíz y sus cuatro diferentes colores, siendo los encargados de esparcirlo hacia los cuatro rumbos del cosmos.

Además de ser los ayudantes de Tláloc, se dice eran almas de niños menores de 8 años que ofrendaban en el tlalocan recinto de Tláloc y si los niños lloraban era buen presagio a la hora de ascender con Tláloc.

 

 

Opochtli es el dios inventor de las redes de pesca y también de un instrumento para matar peces, minacachalli. Cuando le hacían fiesta los pescadores y gente del agua le ofrecían alimentos y pulque, así como maíz e incienso. Opochtli en su advocación del tlaloque dueño del maíz blanco y resignificado en el Cristo de Pepelaxtla, “señor de Tlatempa”.

Nappateuctli es otro Tlaloque de las fuentes fluviales, el que hace brotar los juncos y los rosales. Según Bernardino de Sahagún, Nappateuctli inventó el arte de hacer esteras y por eso lo adoran por dios los de este oficio que hacen esteras, que llaman petates. Sahagún también afirma que tiene en la mano izquierda una rodela a manera de ninfa, que es una hierba de agua, ancha como un plato grande y en la mano derecha un báculo con flores de papel. Al este, Nappatecuhtli en su resignificación del tlaloque dueño del maíz rojo, en nombre del Cristo de Jazmintitla, “señor de Tlatzintla”.

 

 

Yauhqueme es el dios de las asclepias, asteráceas, rosáceas, gutíferas y hipericáceas, identificado como uno de los cuatro Tlaloque. Yauhqueme se encuentra al oeste en veneración del tlaloque dueño del maíz amarillo, resignificado en la figura del Cristo de Huayotenco o “señor del buen camino”, como “Señor de Tlacpac”.

Al sur, Tomiyauhtecuhtli en la representación del tlaloque dueño del maíz negro, revalorado en el Cristo “Manuelito”, “Señor de Tlamimilolpa”.

 

 

Al centro, en la casa del Cristo Colateral, con quien comparte el espacio en su advocación femenina la Virgen de la Asunción, en quién fue resimbolizada la diosa Chalchiuhtlicue, en la edad de madre joven, y como Xillonen, la diosa de la mazorca de maíz en leche, en elote, y quién fuera hermana de los cuatro tlaloques, dueña del maíz rosado.

Hoy en día, el culto al “Señor de los cuatro rumbos del Tlalocan”, se mantiene vigente, en algunas festividades donde se colocan arcos monumentales confeccionados en semillas y flores.