Estos lugares tienen un gran valor histórico, arqueológico y turístico.
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Como el
tesoro de un pirata en una selva de concreto, estos sitios de
gran riqueza histórica y
arqueológica, se encuentran
escondidos en diferentes rincones de la Ciudad de México. Con un poco de
búsqueda, estos lugares transformar el
espacio urbano en un lugar
mágico y lleno de
inspiración para adentrarse en
lo oculto de la ciudad.
Templo de Ehécatl
Estación del Metro Pino Suárez, Centro Histórico, Ciudad de México.
Descubierto en una
excavación en el
metro Pino Suárez, esta diminuta
pirámide era el santuario prehispánico de
Ehécatl,
dios del viento. Hoy en día,
millones de viajeros pasan por esas
ruinas todos los días en la línea (azul) 2 del Metro. El trabajo de
excavación comenzó en 1967 y lo que se
descubrió fueron ofrendas, incluida la famosa “
Monita“, una figura tallada, pintada en rojo y negro, con la
máscara de la boca de Ehécatl. Hay
dos serpientes que forman parte de la escultura, una en espiral en la base y la otra que se convierte en la cola. Debido a
su ubicación, en uno de los metros más transitados del mundo, este
sitio arqueológico es uno de los más
visitados en México, incluso si sus visitantes apenas le dan una segunda mirada.
Árbol de la Noche Triste
Calz México-Tacuba, Popotla, 11400 Miguel Hidalgo, Ciudad de México, México
Otro lugar de visita que se encuentra en la línea 2 del metro,
estación Popotla, en el parque
Cañitas sobre la Calzada México-Tacuba, es lo que queda del
árbol de la Noche Triste. Este árbol, que los vándalos intentaron incendiar una noche de 1908, fue, según la leyenda,
el lugar donde Cortez se sentó y
lloró en medio de la noche cuando la mitad de sus
fuerzas fueron asesinadas por combatientes aztecas cuando
huía de la capital mexica el 30 de junio de 1520.
Cuicuilco
Insurgentes Sur S/N, Tlalpan, Ciudad de México.
El flujo piroclástico del Vesubio sepultó a toda una ciudad, donde hoy en día se levanta la moderna y actual ciudad de Pompeya. Hace siglos, el volcán Xitle (ombligo) al sur de la Ciudad de México, muy cerca del Ajusco, sepultó casi la totalidad de lo que fuera la metrópoli más grande e imponente de la región durante el llamado Preclásico. De aquella urbe donde paradójicamente se adoraba al Dios del Fuego, Huehuetéotl, como así lo revela una pequeña figura hallada en la década de 1920, sobrevive una circular donde ahora es posible explorar en los alrededores de Ciudad Universitaria.
Cine Opera
Cine Opera, Serapio Rendon 7, San Rafael, 06470 Ciudad de México, México
Aunque ahora está escondido en la
Colonia San Rafael, el Cine fue el escenario de algunos de los
debuts más increíbles del
cine mexicano en su
época dorada. El teatro se cerró en la década del 2000, pero se ha mantenido en pie a pesar de su
evidente deterioro. Aunque el interior de este teatro está plagado de basura y
árboles que se abrieron paso a través de las
grietas de la puerta, es un monumento raro en medio de la ciudad.
La casa más antigua de la ciudad
Manzanares 25, Centro Histórico, Ciudad de México
En pleno corazón del barrio
La Merced, en el n. ° 25 de Manzanares, esquina con el callejón de Manzanares, hay una
casa con una puerta de madera que se ve
completamente inadvertida. Los vendedores pasan con sus mercancías, los borrachos toman una siesta a la sombra y católicos devotos se dirigen a la iglesia más
pequeña de la ciudad, al final de la calle. Esta es la casa más
antigua de la ciudad, la única que permanece en pie desde el siglo XVI.
Templo Mayor
Seminario No. 8, Centro Histórico, CDMX.
El 21 de febrero de 1978,
un grupo de electricistas alertó sobre el un
monumento mexica, que poco después resultó ser un monolito de
Coyolxauhqui, la adornada de cascabeles (”coyolli, cascabel; “xauhqui”, que adorna) es la
deidad mexica considerada como la
representación de la luna. Desde esa fecha se ha ido ampliando el radio de exploración y visita de esta zona. El templo mayor es una de las construcciones más importante para los
aztecas, así como los de otras estructuras que conformaban el recinto sagrado de la “ciudad entre los lagos”.
Alhóndiga
Centro Histórico, Ciudad de México, México
Muy cerca de ahí, en la
calle Alhóndiga del vecindario de Merced, hay un pequeño puente.
El agua ya no corre por debajo de la superficie de cemento, y su
canal ahora está lleno de
personas sin hogar y los suministros de vendedores ambulantes cercanos. Pero este punto en el sistema de canales en la
ciudad prehispánica, era donde los
vendedores de las granjas y regiones de la ciudad venían a vender dentro de las
fronteras de la ciudad, y el edificio frente al puente es la
antigua arboleda de la ciudad.
El departamento de la revolución cubana
Calle José de Emparán 49, Tabacalera, 06030 Ciudad de México, México
En la “Tabacalera” encontrarás una
pequeña placa que conmemora el encuentro de
dos grandes personajes en la historia de América Latina: el famoso
“Che” Guevara y el “Comandante”
Fidel Castro. En el departamento C, Raúl Castro presentó a su hermano menor Fidel a Ernesto “Che” Guevara por primera
vez en 1955. Siguieron hablando
durante 10 horas seguidas y, al final de la conversación, los hombres se unieron en
una amistad que duraría una vida, y transformaría la vida de millones de cubanos con una de
las revoluciones más polémicas de América.
Museo de Sitio del CCE
República de Guatemala No. 18, Centro Histórico, Ciudad de México.
Alojado en un edificio del siglo XVI, el
Centro Cultural de España es un complejo dedicado a
difundir propuestas artísticas a través de
talleres, presentaciones y
proyecciones cinematográficas. En los
sótanos del inmueble, un grupo de
arqueólogos ha revelado importantes vestigios que indican que las piezas y muros allí recuperados formaban parte del
antiguo centro ceremonial de los
mexicas. Un espacio cultural con vestigios arqueológicos, no puede ser más que surreal.
Tlatelolco
Eje Central Lázaro Cárdenas esq. Flores Magón, Nonoalco, Tlatelolco, Ciudad de México.
En la Plaza de las
Tres Culturas se libró la última batalla por la
Conquista de México. Para no ser capturados por los hombres de Cortés,
Cuauhtémoc y los gobernantes de las ciudades
aliadas a México-Tenochtitlan tuvieron que abandonar los palacios de Tlatelolco para huir al embarcadero. En nuestros días, aquí se pueden
admirar varias plataformas y la amplia explanada donde seguramente se levantaba su famoso mercado.