Foto destacada e información: Hemeroteca El Universal
Así fue como hallaron los subterráneos en el Templo y Colegio de San Pedro y San Pablo.
El periódico El Universal recientemente volvió a publicar una historia de un grupo de amigos que se fueron de pinta y descubrieron parte de los túneles subterráneos en el Templo de San Pedro y San Pablo. Un grupo de estudiantes de la Escuela Normal entraron a este antiguo complejo religioso y educativo, localizado en la calle de San Ildefonso en el Centro Histórico de la Ciudad de México, construido entre los años 1576-1603.
La historia tiene lugar en 1898, cuando los estudiantes intentaban irse de pinta y su exploración los llevó a recorrer los subterráneos donde había huesos humanos. Y esto es lo que describe para dicho periódico: “Con el propósito de fugarnos, descubrimos un gran subterráneo, y este va, según vimos, por un lado parece pasa por la Escuela Normal calle de San Ildefonso y por el otro lleva el rumbo de Loreto, aunque los muchachos más grandes aseguraron que a la Perpetua o a la Escuela de Medicina, lo cierto que para el gobierno sería bueno que lo acabaran de descubrir porque es un gran escondrijo.
Hemeroteca El Universal
“A nosotros nos costó abrir ese agujero, un cepo de campaña, pues casi nos rajaron las nalgas, que más tarde salimos al Hospital Juárez, tapando el agujero por mandato del mayor inmediatamente. Si usted lo cree sea de interés le mandaré decir exactamente donde hicimos el agujero para que ustedes hagan lo mejor que les convengan.- Su afmo. atto. y S.S.- M. E.- El paso, Texas., julio, 1921”. (1)
Así que el reportero, le pidió los detalles para ir a investigar el hueco que habían hecho los alumnos. En dicha ocasión, para 1921, el reportero y sus dos amigos, fueron al lugar con el fin de recorrer las catacumbas y en realidad se encontraron un gran hallazgo.
El lugar estaba completamente oscuro y el edificio estado de abandono. Encontraron un patio y las huellas de un gran estanque que hubo allí en otro tiempo y en que en esas fechas había lavaderos. Encontraron una vieja arquería hasta que finalmente encontraron el agujero en la pared por donde pudieron entrar.
Lanzaron una piedra por el hueco para conocer por el sonido la profundidad del espacio. Sacaron una lámpara eléctrica y una vez adentro, siguieron las indicaciones que le habían puesto en la carta los chicos que se fueron de pinta. Caminaron por una galería abovedada a con cada paso el aire se hacía más extraño y viciado, escribe el periodista.
Finalmente llegaron a un muro donde hallaron otro agujero en la pared que seguía un sendero; después de recorrer el lugar vieron dos intensos fanales rojos, un gato que los asustó. Después de tomar al gato como guía hacía alguna salida o algo similar, el reportero se tropezó y al agacharse para saber con qué se había tropezado, tocó una pieza húmeda larga y fría: un hueso humano.
Cuando la lámpara alumbró el lugar se encontraron que había huesos por todas partes. Se pusieron a rezar hasta que escucharon un silbido que venía de afuera. Era el encargado de las ruinas que fue a buscarlos, alarmado por la tardanza. Les comentó que en aquel sitio comenzaba un subterráneo, pero que estaba inundado.
Así fue que pudieron encontrar el subterráneo con los detalles históricos. De hecho, este templo, fue alguna vez biblioteca del colegio nacional de san Gregorio. Y más tarde tuvo diversos usos, como salón de baile, un depósito de ejército y cuartel, una escuela correccional, un hospital mental, y bodega de la aduana
Hemeroteca El Universal
Pero en esas fechas el Colegio de San Pedro y San Pablo estaba en la ruina. De 1921 a 1927, el edificio fue remodelado por José Vasconcelos e inaugurado como “sala de discusiones libres”5 con una oficina dedicada a campañas de alfabetización. Vasconcelos encomendó la redecoración del templo, la cual fe realizada con murales de artistas como Xavier Guerrero y Roberto Montenegro.
De 1927 a 1930, el edificio del colegio albergó talleres para la Academia de San Carlos, la cual había sido integrada a la Universidad Nacional Autónoma de México. Parte del edificio también albergó a la escuela popular nocturna de música y el complejo se volvió propiedad de la universidad, a la cual pertenece actualmente. A principios de la década de 1930 la universidad lo hizo parte de la Escuela Preparatoria Nacional, y poco después fue utilizado también como escuela secundaria, escuela de teatro, sala de exposiciones y otros usos.
Fue hasta 1944, que el presidente Manuel Ávila Camacho inauguró en el ex templo la Hemeroteca Nacional de México, la cual permaneció ahí hasta 1979. Desde 1996 fue la sede del Museo de la Luz, donde permaneció hasta 2011. Actualmente el ex templo del complejo alberga al Museo de las constituciones. Mientras que el colegio alberga al Centro Nacional de Conservación y Registro del Patrimonio Artístico Mueble, (CENCROPAM), dependiente del Instituto Nacional de Bellas Artes.