Esta nueva evidencia de los mayas está revolucionando la historia y arqueología del país.
En 2018 se sugirió que los mayas tuvieron contacto directo con otra civilización a más de 1,200 km de distancia, siendo el antiguo reino mesoamericano de Teotihuacán el asentamiento en la ciudad maya de Tikal.
Esto porque un antiguo templo escondido justo debajo de las narices de los arqueólogos en Tikal, insinúa una conexión tentadora entre la ciudad guatemalteca y Teotihuacán.
Gracias a una imagen aérea creada a través de Light Detection and Ranging (LiDAR por sus siglas en inglés), los arqueólogos saben que una colina sin pretensiones en el paisaje de Tikal es en realidad una pirámide enterrada escondida debajo de capas de tierra y plantas.
LiDAR utiliza pulsos de láser y un sistema GPS para tomar lecturas topográficas de la superficie de la tierra y generar mapas tridimensionales. Los mapas pueden revelar estructuras hechas por el hombre que han crecido demasiado a lo largo de los siglos.
La tecnología es particularmente útil en áreas de densas junglas, donde la topografía del área a pie puede llevar décadas. En 2018, PACUNAM reveló que las tierras bajas mayas albergaban miles de estructuras antiguas desconocidas, todas descubiertas de una sola vez en 2018 gracias a LiDAR.
La estructura perdida no se parece a los edificios supervivientes de la ciudad antigua; ero tiene todas las marcas registradas de una pirámide de Teotihuacán, que se asemeja a una réplica de tamaño medio del patio que los españoles llamaron la “Ciudadela” por su apariencia de fortaleza.
Las excavaciones del Proyecto Arqueológico del Sur de Tikal encontraron que el sitio tiene muchos vínculos aparentes con Teotihuacán de principios del siglo IV, desde la construcción y las prácticas de entierro, hasta los tipos de cerámica y armamento que se encuentran en el interior; incluidos los dardos hechos de obsidiana verde del centro de México.
Incluso había un artefacto decorado con el dios de la lluvia de Teotihuacán. El hallazgo sugiere que Tikal podría haber sido un puesto avanzado del imperio de Teotihuacán.
Aunque durante mucho tiempo se especuló que los teotihuacanos tenían presencia e influencia en Tikal y áreas mayas cercanas antes del año 378, no está claro si los mayas estaban emulando aspectos de Teotihuacán o del tipo de relación que tuvieron ambas civilizaciones.
El hallazgo está transformando comprensión de los arqueólogos de la región, pero todavía no se sabe si las personas que construyeron el templo recién descubierto en Tikal eran de Teotihuacán.
Un análisis isotópico de un esqueleto enterrado en el sitio puede indicar a los arqueólogos dónde vivía el difunto y si llegaron a Tikal desde el centro de México. La datación preliminar sugiere que la construcción del templo de estilo teotihuacano comenzó antes del 278. Eso fue 100 años antes de que Teotihuacán enviara a su hijo a conquistar Tikal, un evento narrado en las inscripciones mayas.
Casi al mismo tiempo, un barrio en Teotihuacán, decorado al estilo maya fue destruido y elaborados murales mayas fueron destrozados y enterrados, lo que sugiere una ruptura en la alianza entre los dos pueblos. Los arqueólogos esperan que nuevas excavaciones ayuden a comprender mejor esta historia.
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