Al ser amante de los caballos, el arquitecto les dedicó un fantástico espacio arquitectónico.
. . .
El proyecto de Los Clubes es un espacio conformado por tres construcciones: la Casa Egerstrom, las Cuadras San Cristóbal y la Fuente de los Amantes. Se trata de un plan que fue desarrollado por Luis Barragán en 1964 para los Folke Egerstrom, una familia dedicada al adiestramiento de caballos pura sangre. Este complejo se erige sobre un predio de 7.5 acres, en Atizapán de Zaragoza, un suburbio aledaño a la Ciudad de México. Aunque en ocasiones inadvertida, es una de las obras más representativas de Barragán, pues es un ejemplo del simbolismo, geometría y abstracción que siempre están presentes en su arquitectura emocional. Pocos lo saben, pero el arquitecto era un entusiasta de los caballos, por este motivo decidió construirles un templo. Lo que más destaca de Los Clubes es la Fuente de los Amantes, una estructura que se definiría mejor como una pieza artística y sobre todo, funcional. Más allá de fungir como un ornamento exterior, la fuente es en realidad una pileta para los caballos. “La profundidad del estanque la calculé para que al pasar el caballo, le llegara el agua a la panza”, decía Barragán. La idea es que el tanto el sonido de la cascada, como la arquitectura geométrica, funjan como escenografía de una experiencia liberadora para el caballo: sumergirse en el agua. Como a 80 metros de la fuente se construyó la Cuadra San Cristóbal, el sitio destinado a las caballerizas. Aquí aparece de nuevo el agua, que juega con el tono de los muros para ofrecer un sitio confortable. Por último está la Casa Egerstrom, una de las mayores viviendas diseñadas por Barragán. El hogar busca encontrar una relación entre el espacio interior y exterior. Destaca el color blanco y las pequeñas ventanas. El jardín de la casa se conecta con la piscina mediante un porche, y al final se levanta un cuarto para los bañistas. Es un hecho que Luis Barragán era un experto en luz y color. Sus estructuras lograban un balance armonioso entre lo abstracto y lo geométrico. Este complejo ecuestre es un maravilloso ejemplo del talento de este arquitecto. Por un lado ejecuta un espacio funcional para los caballos, jinetes y habitantes, y por el otro, brinda un sitio hermoso dotado de tradición mexicana, colores y simbolísmos.