Un ciudadano entregó al INAH 211 dientes fósiles de un Megalodon

Foto destacada: INAH

Un gran ciudadano de Quintana Roo entregó al INAH 211 fósiles que resultan ser los dientes de un megalodon.

 

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Otodus megalodon significa “diente grande”, y es una especie extinta de tiburón que vivió hace 3,6 millones de años. En el mundo se han encontrado fósiles de que muestran que el megalodon perteneció a un linaje de tiburones gigantes que evolucionó con el tiempo.

Se lo considera uno de los depredadores más grandes y poderosos que haya existido en el planeta, pero solo se conoce a partir de restos fragmentarios, y su apariencia y tamaño máximo son inciertos.

 

 

La mayoría de las estimaciones del tamaño del megalodón se extrapolan de los dientes, con estimaciones de longitud máxima 20,3 metros de alto. Los dientes de un Otodus megalodon fueron entregados por un particular al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

Se trata de 211 dientes fósiles, presumiblemente originales, probablemente de esta especie; un fósil poco frecuente en México. Gustavo Martínez es el habitante de Bacalar, que entregó las piezas al INAH, de este tiburón prehistórico poco frecuente en México.

 

 

La entrega de los bienes la en la sede del Centro INAH Quintana Roo, ubicado en Chetumal, informó el INAH a través de un comunicado: “el conjunto óseo procede de alguna localidad paleontológica de México… y ahora se une en su resguardo a un amplio mosaico de bienes patrimoniales de carácter paleontológico, bajo custodia del INAH”.

Los especialistas refieren que la especie Otodus megalodon, quepor mucho tiempo fue nombrada Carcharodon megalodon, es característica de la época geológica conocida como Mioceno, la cual comenzó hace 23 millones de años y finalizó hace cinco millones de años.

 

 

 

Otros fósiles de megalodón en México han sido registrados en la península de Baja California y en Tabasco. En el acto de entrega llevado a cabo en Chetumal ahora están siendo estudiados bajo resguardo, protección legal, conservación e investigación del INAH.

Este buen gesto es de mucha celebración, ya que a lo largo del país todavía subsiste el comercio ilegal de este tipo de fósiles, por lo que esta entrega se vuelve un ejemplo a seguir para la valoración del patrimonio paleontológico y cultural de México.

 

 

 

Cabe destacar que, de acuerdo con los expertos, esta especie es considerada como un fósil no frecuente en México por su número de localidades, de allí que, de cara a posteriores dictámenes por parte de paleontólogos, resulta trascendente la entrega hecha al INAH, en pro del legado histórico de nuestro país.