Kawá Sísiki: las pinturas rupestres descubiertas en la mixteca

Kawá Sísiki es una cueva con pinturas rupestres que se encuentra en la Mixteca de la Montaña Alta de Guerrero.

 

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Un gran equipo conformado por arqueólogos, antropólogos otras disciplinas, comenzaron actividades para salvaguardar y difundir las pinturas rupestres localizadas en la cueva Kawá Sísiki de la Montaña Alta de Guerrero, donde se han identificado representaciones con estética olmeca que les otorgan una antigüedad aproximada de tres mil años.

Kawá Sísiki, en lengua tu’un savi o mixteca “la cueva del juego” o “cueva del fuego”, fueron reportadas por primera vez en 1988, por el investigador Samuel Villela Flores, quien registró desde ese momento su importancia cultural, informa la directora del Centro INAH Guerrero, Blanca Jiménez Padilla.

 

 

El panel donde se encuentran las figuras tiene cinco metros de altura y 30 metros de largo, dividido en varias secciones, y presenta diferentes momentos en que fueron realizados los trazos. Las pinturas más antiguas son anteriores a las figuras olmecas, es decir, son preolmeca, y consisten en un conjunto de barras verticales encerradas en un óvalo, en color rojo, que podrían vincularse con registros o cuentas de acontecimientos de observación celeste.

Aquí hay dos personajes de estética olmeca, con colores blanco, ocre, amarillo y negro. El primero está de perfil, con la cara blanca y un tocado a manera de casco, está ataviado como jaguar, donde se notan manchas del felino y garras; posee un brazo replegado y otro extendido del que emanan chorros de agua, por lo cual se considera que puede ser la representación de un personaje asociado con la fertilidad y el poder, quien usa sus atributos para propiciar la lluvia.

 

 

 

El segundo personaje también es blanco, y en su cabeza tiene un elemento a manera de tocado; la interpretación es que podría tratarse de un individuo sacrificado en las ceremonias de fertilidad, o bien, podría ser el joven dios del maíz de los olmecas, por la barra vertical que simboliza la germinación de las semillas.

Además, las pinturas de la cueva tienen símbolos astronómicos, como el Sol y el planeta Venus, en color rojo y blanco, importantes para las sociedades agrícolas, pues eran fundamentales para la medición del tiempo y marcaban los momentos de preparación de siembra y cosecha.

 

 

Algunas de estas figuras pertenecen al final de la época prehispánica, pero todavía se continúa investigando. De hecho, el primer acercamiento a la cueva se llevó a cabo la elaboración de cédulas informativas, con datos derivados del trabajo de Samuel Villela, mismas que fueron entregadas a las autoridades comunitarias y al organismo coadyuvante; asimismo, se llevó a cabo una serie de actividades para la conservación de la cueva como espacio sagrado.

La cueva Kawá Sísiqui aún es sede de rituales por parte de la comunidad, dado que en la antigüedad fungió como un lugar consagrado a la fertilidad, la agricultura y la observación a los astros, desde antes de la llegada de la cultura olmeca a Guerrero.

 

 

Así que se trata del inicio de diversas actividades para comenzar, junto a la sociedad civil, a conservar la cueva de Kawá Sísiqui, como espacio sagrado de Ocoapa, municipio de Copanatoyac, en la región ñuu savi o mixteca de la Montaña Alta de Guerrero.