Fotos: gob.mx
México participa en Tratado de Alta Mar para la protección de ecosistemas marinas.
El Tratado de Alta Mar busca conservar la diversidad biológica marina de áreas que no se encuentra dentro de la jurisdicción de las naciones. Se trata de un texto que se consiguió después de casi dos décadas de negociaciones, y uno de los grandes esfuerzos a nivel mundial, para contrarrestar las tendencias destructivas que enfrentan los océanos.
Este acuerdo fue posible en la sede de la ONU en Nueva York; y básicamente, su objetivo es colocar el 30% de los océanos del mundo en áreas protegidas, destinar más dinero a la conservación marina y cubrir el acceso y uso de los recursos genéticos marinos.
México participó en las negociaciones privilegiando la visión ambiental sobre la necesidad de proteger y conservar los ecosistemas que se encuentran potencialmente en riesgo por el cambio climático u otras actividades humanas en aguas internacionales como el tránsito marítimo, la minería submarina o la sobrepesca.
Asimismo, reconoce el principio de que la fauna y flora marina es patrimonio común de la humanidad, con lo que busca conservar y la Diversidad Biológica Marina en zonas situadas fuera de su jurisdicción Nacional.
El Tratado de Alta Mar vincula, conserva, protege y recupera la biodiversidad marina mediante la creación de áreas marinas protegidas que abarquen por lo menos el 30% del océano para 2030, además de establecer un mecanismo que permita el reparto justo y equitativo de los recursos genéticos marinos, así como sus beneficios entre todos los países.
Del mismo modo, se buscan diversas soluciones para restaurar los ecosistemas mediante la creación de nuevas Áreas Naturales Protegidas dentro de la jurisdicción nacional, para que las comunidades se vean beneficiadas de la conservación de los recursos naturales que son patrimonio común.
Aunque este nuevo tratado todavía debe ser ratificado formalmente por el país, representa las bases para resaltar el riesgo de los impactos ambientales acumulativos en el océano como ecosistema interconectado, la importancia de promover el principio precautorio y la necesidad de información científica mediante evaluaciones de impacto ambiental antes de iniciar cualquier actividad de explotación en alta mar como lo es la minería submarina.
El sector ambiental seguirá acompañando las negociaciones reconociendo que la conservación de la biodiversidad marina es fundamental para cuidar y proteger el patrimonio común de la humanidad.