El hermoso mito de Huitzilopochtli y los colibríes para reflexionar sobre su hábitat

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Los colibríes son mensajeros, atraen el amor y la buena suerte siempre que vuelan libres. 

 

De acuerdo con una hermosa leyenda náhuatl, los colibríes son los guerreros que fallecieron en batalla y mensajeros de los buenos deseos. Además de atraer el amor y la buena suerte, el colibrí llevaba mensajes a los sabios que lo llamaban Huitzilin o Huitzitzillin,  siendo considerado como el que hace florecer al corazón.  

Los dioses creadores Xipetótec, Tezcatlipoca, Quetzalcóatl y Huitzilopochtli hicieron a todas las criaturas de barro y maíz; y a cada una le dieron una misión. Al terminar, se dieron cuenta que no habían encomendado a alguien para llevar los pensamientos y buenos deseos de un lugar a otro, pero ya no quedaba barro ni maíz, entonces un brillo atrajo la mirada de Huitzilopochtli.

Era una pequeña piedra de jade, a la que talló y dio forma de punta de flecha. Posteriormente los dioses soplaron sobre ella para darle vida, convirtiéndola en un ave cuyas plumas brillaban con los colores y la intensidad de las piedras preciosas. La dejaron ir libre por el mundo para esparcir bendiciones a los hombres. Sin embargo, cuando estos vieron a los colibríes por los cielos, intentan cazarlos para adornarse con sus bellas plumas.

Los dioses, furiosos, amenazaron a los humanos con castigar severamente a quien se atreviera a lastimar a esta aves; pero igual prefirieron hacerlas más pequeñas y rápidas. Esta leyenda tiene su origen en la cultura mexica, civilización que fundó la gran Tenochtitlán y quienes creían que los colibríes también cumplían con una misión en el inframundo.

 

Colibrí en México

De ahí, que los colibríes tienen mucha relación con Huitzilopochtli. Una de las formas de comunicar este mensaje es cuando los brujos matan a un pequeño colibrí para crear un amuleto y atraer el amor; y es que a pesar de que son seres muy especiales, en México tenemos 58 especies se están extinguiendo por una causa poco razonable: son usados para la magia blanca y negra, en las que se emplean los cuerpos disecados para ‘amarrar’ a la “persona deseada”.

Los colibríes son una especie protegida por las autoridades, pero se venden en los mercados de la Ciudad de México, muchas veces muertos, para hacer brujería. De hecho, según los diarios locales, en el Mercado de Tulancingo se ofrecen los cadáveres disecados por 250 pesos.

Quizás sin saberlo, los compradores están contribuyendo a que la especie desaparezca en México. La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) de México, dedicaron un espacio amplio en Baja California, al norte del país, para que fuera como santuario de reproducción para estas aves. 

A pesar de que la venta y caza de la especie es un delito con sanciones aplicables de 6 meses a 6 años de prisión, ya que atentan contra la biodiversidad nacional, el colibrí se sigue usando para rituales de brujería en el país. De hecho, esta es la principal causa de extinción para el colibrí en México.

Sobre todo, porque no hay evidencia científica que respalde —ni apoye— el uso de especies en peligro en favor de rituales mágicos. La brujería amenaza a los colibríes y su persistencia en México y el resto de América Latina. Junto a la destrucción y fragmentación de su hábitat, la brujería es un obstáculo para la proliferación de la especie.

Se considera que el uso de la especie con fines rituales esa precolombina, por la estrecha relación que con las tradiciones prehispánicas en Mesoamérica; tan bien es cierto que hoy en día podemos revalorar estas prácticas y dejar un camino libre para la recuperación de los colibríes en México es delicado. Sobre todo porque son de los principales polinizadores y ya que pueden volar a una velocidad de 70 kilómetros por hora (algunos alcanzan hasta 130 kilómetros por hora en picada) pueden hacer proliferar la fauna de una manera muy efectiva. 

Los colibríes pueden recordar dónde están las flores y cuando producen néctar; también pueden recordar la ruta de migración que hacen desde Alaska hasta México y pueden vivir de 12 a 18 años. De las 350 especies que están amenazadas, 

Recuerda que un colibrí es sinónimo de buenos deseos y bendiciones, que pueden venir de los dioses o familiares que aún en la otra vida, siempre y cuando se encuentren vivos.