Fotos: IBT.UNAM
Este protector solar ecológico se creó para ser idéntico al producido por nuestro cuerpo.
Cada año percibimos el calor con más intensidad, así que cada vez se hace más importante atender la recomendación de los dermatólogos y protegernos del sol para evitar los daños en la piel. Y a pesar de que podemos encontrar protectores que prometen cuidarnos, muy pocos son amigables con el medio ambiente.
El problema es que el ingrediente activo que bloquea la luz UV es un compuesto sintético que puede provocar alergias y que afecta a distintas especies marinas. Preocupados por esta situación, estudiosos del el Instituto de Biotecnología (IBt) de la UNAM desarrollaron un método amigable con el ambiente basado en melanina.
Es un pigmento que absorbe la radiación UV, generado biotecnológicamente pero 100 por ciento idéntico al producido por nuestro cuerpo y el de otros organismos. Es por eso que este bloqueador solar natural no es contaminante ni tóxico, y se podría utilizar en el mar.
Ya que los bloqueadores que contienen oxibenzona, el octinoxato y los parabenos, ya son perceptibles en la segunda barrera de coral más grande del mundo, en el Caribe mexicano. Además de ser dañinos, cada año se magnifican si consideramos las alteraciones padecidas por la fauna ligada a tales colonias coralinas, como peces, esponjas, medusas, crustáceos, moluscos, estrellas de mar y tortugas, entre otros animales.
La contaminación tiene, además, repercusiones sociales, pues además de ser sitios de desove piscícola, los corales protegen a comunidades costeras de inundaciones y tsunamis, contribuyen a la seguridad alimentaria (debido a la pesca) y son útiles en la elaboración de algunos medicamentos contra el cáncer.
Ante la ausencia de normas regulatorias para estos productos, los especialistas sugieren proteger la piel de la radiación ultravioleta sin recurrir a químicos nocivos e, idealmente, mediante barreras físicas como sombreros, gafas o camisas de manga larga.
Para desarrollar este bloqueador, tuvieron que pasar 15 años de investigación y encontraron que al mezclar información de dos tipos de bacterias con ingeniería genética, era viable producir melanina a gran escala.
El proceso consiste en tomar una bacteria de suelo, la Rhizobium etli, extraerle el gen de la tirosinasa e introducirlo en la bacteria Escherichia coli –que vive de forma natural en nuestros intestinos– a fin de que sintetice dicha enzima. Al conseguir una cepa de E. coli con tales características se hacen cultivos en medios líquidos para generar melanina y a partir de eso desarrollar procesos de producción.
Al escalar este método se lograrían cantidades de nivel industrial con costos más accesibles. De hecho, es posible obtener miles de litros y generar kilogramos de melanina pura. De ahí, que el objetivo sea tener un producto de forma abundante, resolver problemas de salud, ambientales y sociales. Todavía falta la participación de una empresa farmacéutica interesada en que este bloqueador solar, para que llegue al mercado.
Aunque ya se tiene todo listo para la producción, la Universidad aún no cuenta con acuerdos ni negociaciones con ninguna farmacéutica o comercializadora para llevar el producto al mercado.