Comunidad de Guerrero halla el fósil de un gonfoterio, el ancestro del elefante 

Fotos: INAH

El gonfoterio fue una especie con más de 12 millones de años que podían alcanzar hasta 2.70 metros de altura.

 

Alcozauca de Guerrero es una pequeña comunidad que incluso, dependía del obispado de Tlaxcala, luego formó parte de Puebla hasta que en el siglo XIX formó parte de Guerrero. En esta comunidad habitantes del municipio notaron unas “piedras de tamaños y formas inusuales”.

Las “piedras” fueron encontradas en los márgenes de un río cercano de la localidad de Cuyuxtlahuac, mismas que desenterraron con mucha extrañeza. Esto sucedió hace más de un año; pero apenas las autoridades de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, a través del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), ha permitido aclarar que las rocas son en realidad vestigios fosilizados de un gonfoterio.

En México se han hallado restos de esta criatura de hace más de 10 millones de años, es el Cuvieronius tropicus que prosperó en Norte, Centro y Suramérica por al menos los últimos 3.7 millones de años hasta que alrededor de 10,000 años atrás este paquidermo enfrentó su extinción.

El gonfoterio es el ancestro del elefante, tiene 2.70 metros de altura al hombro y un peso que pudo superar las 5 toneladas, tenía una apariencia similar a la de los elefantes actuales pero con un cuerpo más robusto, alargado, patas cortas e importantes diferencias se encuentran en sus piezas dentarias con defensas que describen una forma espiral y sus molares con cúspides robustas que le permitieron alimentarse de hojas y ramas de arbustos y árboles en sitios por lo general a gran altitud sobre el nivel del mar dentro de bosques de coníferas, tropicales, matorral, bosques de espina y sitios con vegetación acuática.


Las especies que se han encontrado en México son los últimos especímenes. Se cree que cuando el hombre llegó a América, fue un factor clave en la desaparición de estos proboscídeos, aunque por supuesto el calentamiento global que ocurría en ese entonces ya tenía bajo mucha presión a este y a todos los demás representantes de la megafauna americana.

Esto lo corroboraron investigadores del Centro INAH Guerrero, Jorge Cervantes Martínez y Antonio Hermosillo Worley, quienes acudieron a dicho poblado, ubicado al este de la región de La Montaña, casi en la frontera entre Guerrero y Oaxaca. El personal que acudió y brindó una plática informativa a las y los vecinos, en la que se abordó la importancia científica y patrimonial de este tipo de descubrimientos.

Posteriormente, los expertos realizaron un examen visual al material óseo recuperado: fragmentos de costillas, cuerpos vertebrales completos, una sección de rama mandibular con molares insertos, fragmentos de otros molares y dos segmentos de incisivos. Los restos corresponden a un gonfoterio de Cuvier, especie que ha sido identificada desde el sur de Estados Unidos hasta Sudamérica.

 La importancia de este hallazgo es que brinda el primer dato paleontológico que se tiene del gonfoterio de Cuvier para esta región del estado de Guerrero, lo cual es evidencia de que el mamífero tuvo un área de actividad mucho más extensa.

Restos de gonfoterios también han sido hallados en otras localidades guerrerenses como San Juan Unión (Taxco de Alarcón), Zumpango del Río (Eduardo Neri), Chichihualco (Leonardo Bravo), Ayahualulco (Chilapa de Álvarez), San Miguel Cuixapa Centro y Río San Marcos (Zapotitlán Tablas).